Por Natalia Otero | EFE ¡Alguien ha envenado el abrevadero! Esta era una de las frases que decía el sheriff Woody, un juguete de tela, cuando su dueño, un niño llamado Andy, tiraba de la cuerda que el muñeco tenía en su espalda. Era 1995 y en los cines aparecía por primera vez el título “Toy Story”. Y, debajo, los creadores que cambiaron la animación para siempre: Pixar. Desde 1995, Woody y el resto de sus amigos han pasado por tres aventuras más. La última, “Toy Story 4”, se estrenó hace escasas semanas y es un éxito de taquilla. La maquinaria de Pixar creó muchos otros personajes entrañables y exitosos: Wall-e, un robot muy humano compactador de basura; Nemo, un pez payaso con una aleta más pequeñita de lo normal; Mike y Sulley, dos monstruos muy divertidos; Ratatouille, un ratoncillo muy mañoso en la cocina y Alegría y todo un ejército de sentimientos, entre muchos otros más. La compañía del Flexo lleva más de 40 años imaginando mundos de fantasía y diversión, en teoría, para los más pequeños. Pero lo cierto es que sus películas son una delicia para espectadores de cualquier edad. Esta es la historia de Pixar.

El inicio de los tiempos

Todo empieza de la mano de Indiana Jones. Bueno, no literalmente. Pero sí de la de su creador: George Lucas. Con él, otras tres personas convergieron para levantar el gran imperio del flexo: Ed Catmull, John Lasseter y Steve Jobs. Cuando era joven, Catmull quería ser animador, pero creía que no era lo suficientemente bueno, según el mismo contó en un documental. Tras sopesar ingresar en Cal Arts, la facultad en la que estudiaron el propio Lasseter y Tim Burton, entre otros, su falta de fe en sí mismo lo llevó a estudiar física y a trabajar en el Instituto de Tecnología de Nueva York. Fue allí de donde, hace cuarenta años, el padre de Star Wars lo encontró y lo contrató para que dirigiese la división de Lucasfilm dedicada al desarrollo del uso digital para cine. En 1983, John Lasseter se unió a Catmull y el resto, al principio como profesional “freelance”, en el equipo de gráficos. “Cuando era pequeño me gustaba dibujar más que cualquier otra cosa”, dijo Lasseter en el documental. Apenas tres años después, en “Star Trek II” se pudo ver la primera secuencia completamente animada por ordenador en una película: de una tierra árida y sin vida surgía rápidamente una vegetación frondosa. En 1986, entra en juego el visionario de la manzana, Steve Jobs, que puso sus ojos y sus dólares en Pixar. Por aquel entonces había 40 personas trabajando en la empresa que compró por 10 millones de dólares y a la que inyectó otros cinco para su desarrollo. El primer corto de la era Jobs fue “Luxo Jr.”, que protagoniza la lamparita símbolo de Pixar. Fue el primer trabajo de animación en 3D nominado a un Óscar.

De “Toy Story” a “Toy Story 4”

Después de “Luxo Jr.”, Pixar produjo otro corto, en 1988, llamado “Tin Toy”, el germen de Toy Story. A principio de la década de los noventa, Pixar y Disney se unen para crear y distribuir al menos una película animada íntegramente con ordenador. La parte creativa y de realización era de Pixar y la logística y administrativa, de Disney. El éxito de Toy Story fue inmediato. La proyección del film se cerró con una recaudación de más 500 millones de dólares en todo el mundo. Jobs decidió que Pixar pasase a ser un estudio y no solo una productora, cambió el acuerdo con Disney – que hasta ese momento se quedaba con gran parte de los beneficios y con los derechos de merchandising- y sacó Pixar a bolsa. Desde ese momento, continuaron las colaboraciones entre Pixar y Walt Disney Studios, hasta que los primeros creyeron conveniente revisar otra vez los términos del acuerdo. Las nuevas condiciones que Jobs proponía a Disney no parecían satisfacer al gigante cinematográfico y las negociaciones se atascaron. En 2006, contra todo pronóstico, Disney compró el estudio. Jobs, que había pagado 10 millones de dólares, lo vendió por 7.400. Disney pasó a ser la propietaria, pero tanto Jobs como Lasseter mantenían el control en lo que a producción se refería. Desde entonces, la maquinaria de Pixar sigue en marcha a pleno rendimiento a pesar de la muerte de Jobs en 2011 o el despido de Lasseter en 2018 por las acusaciones de acoso y abuso sexuales. Pixar es una fábrica de fantasía e ilusión. A su última creación “Toy Story 4” la preceden muchos otros largos entrañables. “Monsters, INC”, “The Incredibles”, “Finding Nemo”, “Ratatouille”, “Wall-e”, “Up”, “Brave”, “Monsters University”, “Inside Out”, “The Good Dinosaur”, “Finding Dory” o “Coco” son algunos de ellos. Igual de importantes son los que vendrán. Por ahora, ya hay dos títulos confirmados: “Onward” y “Soul”.

 

Siguientes artículos

Insuficiente sanción a Grupo México por derrame de ácido: oceanólogos
Por

Los especialistas consideran que es necesario un monitoreo permanente de la calidad del agua en el Mar de Cortés financi...