Más del 70% de las personas que han fallecido por COVID-19 en México padecían una comorbilidad. Por esta razón, la actividad física se vuelve más importante que nunca para mantener una buena salud. Por ello, los clubes deportivos buscan operar con normalidad, mediante la implementación de formas creativas en la impartición de sus distintas clases y rutinas de ejercicios.
Estos centros de actividad física reiniciaron actividades a finales del mes de junio, gracias a que la mayoría de sus instalaciones contemplan grandes jardines, piscinas, canchas de tenis, fútbol o básquetbol en áreas abiertas, en donde el riesgo de contagio es menor que en un gimnasio.
“Durante los meses que estuvimos cerrados nos dimos a la tarea de preparar protocolos de bioseguridad”, explica en entrevista Alfredo Jiménez de Sandi, presidente de la Asociación de Gerentes y Administradores de Clubes.
Al igual que se ha hecho en otros sectores, las medidas que se implementaron son los ya conocidos usos de gel antibacterial, distanciamiento social, toma de temperatura, separación de entradas y salidas de personas, aforos al 30% de la capacidad máxima, etc.
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Sin embargo, en el caso de los clubes deportivos también se debieron perfilar una serie de lineamientos diferenciados para cada actividad. Por ejemplo: en el tenis los jugadores no pueden utilizar las mismas pelotas que su contrincante y tampoco está permitido que hayan recogepelotas.
A cuatro meses de su reapertura Alfredo explica que prácticamente todas las actividades deportivas están autorizadas, siempre y cuando se realicen en espacios abiertos.
“Yo aquí veo entrar desde niños que vienen con sus papás a realizar ejercicio y salen sonrientes y totalmente diferentes a quienes han estado confinados en sus casas sin poder salir. Entonces, somos un sector muy importante para la sociedad.”
Alfredo Jiménez de Sandi, presidente de la Asociación de Gerentes y Administradores de Clubes.
Clubes deportivos: Momento para renovarse o morir
Las limitaciones que aún continúan refieren a todas aquellas actividades físicas que se lleven a cabo en áreas cerradas, las cuales siguen prohibidas.
Esto los ha llevado a buscar formas creativas para continuar ofreciendo un servicio exclusivo a sus socios. Ejemplo de lo anterior se percibe en actividades como clases de yoga, zumba o taekwondo, en cuyo caso debieron trasladarse a espacios abiertos.
“Empezamos a hacer esos cambios, y ahora los socios están encantados haciendo yoga en un jardín que cuenta con una cascada de agua al lado; tanto, que ya no quieren regresar a las áreas cerradas”, comenta el presidente de la Asociación.
Las restricciones que aún persisten impidieron a los gimnasios reiniciar labores hasta hace un par de semanas atrás. A diferencia de los clubes deportivos, estos no cuentan con espacios abiertos para entregar la oferta de servicios que brindan a sus clientes.
“Nosotros también tenemos fitness centers en donde combinamos peso libre con peso integrado y áreas para clases de yoga, zumba, entrenamiento funcional, spinning, etc. Ahí los socios pueden utilizar el área de pesas, pero los equipos aeróbicos y de cardio todavía no se pueden usar”, explica el entrevistado.
En la búsqueda de continuar operando, así como de entregar una experiencia placentera y llena de endorfinas, estos centros de actividad física han encontrado formas novedosas de llevar a cabo sus clases, incluso, si eso contempla trasladar los aparatos de ejercicio a zonas no techadas.
De esta forma los clubes deportivos se perfilan hacia una nueva etapa de operaciones. Es muy interesante de esta época la posibilidad que encontramos de poder reinventarnos”, reflexiona Alfredo Jiménez de Sandi.
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