Las aerolíneas esperan alcanzar este año unos ingresos récord de 996.000 millones de dólares (918.000 millones de euros), un 9,7 % más que en 2023, gracias a una cifra también histórica de viajeros de cerca de 5.000 millones (4.960), según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).

Sin embargo, no ocurrirá lo mismo con el beneficio neto que, aunque superará el del año pasado en un 11,3 % con 30.500 millones de dólares (28.100 millones de euros) -con un margen del 3 %-, se situará por debajo de los de 2018 y de 2017 (37.600 millones de dólares), ha señalado su director general, Willie Walsh, en la inauguración oficial de la 80 asamblea general anual de la IATA en Dubái.

Aunque, desafortunadamente el beneficio no supondrá un récord, “considerando dónde estábamos hace apenas unos años, es un logro importante”, ha destacado Walsh.

No obstante, el importe esperado supondrá también una mejora con respecto a la previsión de ganancias de 25.700 millones de dólares (margen de beneficio neto del 2,7 %) para 2024 que la IATA publicó en diciembre de 2023.

 Se espera que los ingresos por pasajeros alcancen los 744.000 millones de dólares en 2024, un 15,2 % más que en 2023, mientras que las ganancias operativas se sitúen en 59.900 millones, un 14,7 % superior.

Las aerolíneas efectuarán este año 38,7 millones de vuelos, 1,4 millones menos que las estimaciones anteriores, lo que se atribuye en gran medida a la desaceleración del ritmo de entregas ante los problemas de la cadena de suministro en el sector aeroespacial.

Por ejemplo, se prevé que el número de entregas de aviones programadas para 2024 sea de 1.583, un 11 % menos que las expectativas publicadas hace apenas unos meses que anticipaban que 1.777 aparatos se unirían a la flota mundial este año.

Las aerolíneas están desplegando aviones más grandes como estrategia de mitigación.

El director general de la IATA ha destacado que “volar sigue teniendo una buena relación calidad-precio”, teniendo en cuenta que el costo real de los viajes aéreos ha bajado un 34 % en la última década. Se espera que la tarifa aérea promedio real de ida y vuelta en 2024 sea de 252 dólares frente a los 306 de 2019.

Asimismo, se prevé que la tendencia de crecimiento a largo plazo de 20 años haga que la demanda de pasajeros se incremente un 3,8 % anual durante el período 2023-2043.

Walsh ha hecho hincapié en que las aerolíneas ganan solo 6,14 dólares por pasajero, lo que “apenas alcanzan para un café en muchas partes del mundo”, por lo que, en su opinión, “los gobiernos a quienes les encanta recurrir a la industria de aviación en busca de nuevos ingresos fiscales deben comprender que sus márgenes son muy reducidos y que rara vez ganan su costo de capital”.

Este año, las aerolíneas en conjunto obtendrán un rendimiento del 5,7 % sobre el capital invertido, 3,4 puntos por debajo del costo de capital promedio del 9 %, ha agregado.

La IATA calcula que los gastos totales alcancen los 936.000 millones de dólares, un 9,4 % más, una cifra récord, de los que 291.000 millones corresponderán a la factura de combustible, lo que representa el 31 % de todos los costos operativos.

La producción de SAF (combustible sostenible de aviación) podría aumentar hasta satisfacer el 0,53 % de la demanda mundial de combustible en 2024, cuyo coste será de 3.750 millones de dólares.

Esto supone 2.400 millones de dólares adicionales a lo que costaría comprar la misma cantidad de combustible para aviones.

Los costos laborales crecerán un 7,6 % hasta 214.000 millones de dólares en 2024 y se espera que el empleo total en las aerolíneas alcance los 3,07 millones, superando ligeramente los 2,93 millones de trabajadores en 2019.

Según Wlash, la rentabilidad de la industria podría verse afectada positiva o negativamente por muchos factores, como la evolución económica global o el impacto operacional de la guerra entre Rusia y Ucrania, y entre Israel y Hamas.

Aunque sus impactos se han limitado en gran medida a las inmediaciones de estos conflictos, una escalada de cualquiera de los conflictos “tiene el potencial de cambiar negativamente las perspectivas económicas”.

Los problemas de las cadenas de suministro continúan afectando el comercio y los negocios globales y las aerolíneas se han visto directamente afectadas por problemas de mantenimiento imprevistos en algunos tipos de aeronaves y motores, así como por retrasos en la entrega de repuestos y de aeronaves, lo que limita la expansión de la capacidad y la renovación de la flota.

En el frente regulatorio, las aerolíneas podrían afrontar costos crecientes de cumplimiento y adicionales, relacionados con los regímenes de derechos de los pasajeros, iniciativas ambientales regionales y requisitos de accesibilidad.

Con información de EFE.

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