Por Sofía Cruz*

Acabamos de pasar la temporada de  elecciones, lo que generó en los últimos meses  mercados cautelosos e inversionistas más diligentes en transacciones de fusiones y adquisiciones. Todos conocemos bien el contexto de México en 2024, con la expectativa de inversión extranjera ingresando al país. Nos preguntamos si estamos preparados para responder a las necesidades de los negocios existentes que se expandirán o diversificarán, así como para las nuevas empresas que requieren talento.

Observamos y conversamos con el mercado, y lo que nos transmiten es su preocupación porque no ven cómo México, con el talento actual en el mercado laboral, pueda satisfacer dicha demanda. Cada vez es más frecuente escuchar sobre empresas que buscan alianzas o joint ventures para cumplir con las métricas de negocio y los requisitos de fondos o inversionistas. Es en este último punto donde profundizaremos más.

Hablamos mucho del término ASG, especialmente sobre el aspecto ambiental y la minimización de la huella de carbono. También comprendemos bien el concepto de gobierno y las políticas que las compañías deben implementar para dar seguimiento a los diversos procesos y procedimientos del negocio. Sin embargo, la parte social es un concepto en el que cada quien puede tener su propia interpretación.

Para algunos, la parte social se refiere a cómo una empresa impacta positivamente en la sociedad donde está ubicada, devolviendo a la comunidad y generando un impacto positivo. Sin embargo, ¿alguna vez se han preguntado cómo se refleja la parte social dentro de su organización? Aquí es donde entran las calificadoras, empresas globales que determinan, mediante una serie de criterios y reactivos, cuán ASG es una organización. Esta calificación tiene un impacto directo en la relación con los inversionistas, ya que los créditos pueden ofrecerse a tasas menos competitivas o incluso negarse si no se obtiene una calificación positiva de estas entidades.

Existen una serie de conceptos que se evalúan en la parte social interna de las organizaciones. En muchos casos, algunas empresas de nuestro país no cumplen con los requisitos mínimos o no pueden demostrar la existencia de un programa que les ayude a mejorar en alguno de los diferentes rubros. Los temas a evaluar son:

  • Gestión de desempeño
  • Pago variable y política de compensación
  • Incentivos relacionados con temas de ASG
  • Salario mínimo
  • Bienestar del empleado
  • Riesgo, salud y seguridad del empleado
  • Beneficios asegurables
  • Capacitación y entrenamiento
  • Reajuste y evaluación de competencias
  • Inclusión digital
  • Prácticas generales sobre inclusión e inclusión cultural
  • Brechas salariales dentro de los diferentes grupos de la organización
  • Rotación de personal
  • Diversidad de proveedores
  • Compromiso del colaborador
  • Código de ética
  • Derechos humanos
  • Relación con sindicatos, si los hubiera

Como se puede observar, los temas sociales dentro de la organización no forman una lista pequeña y tampoco son conceptos menores.

Si como organización busco incrementar mi relación con inversionistas y atraer capital de inversión, debo demostrar que cada uno de los conceptos anteriores tiene un plan de desarrollo, proceso y/o política que permita monitorear y comprobar que, al invertir en mi capital humano, seré mucho más atractivo para los inversionistas. Esto se debe a que el ecosistema de la organización, sus colaboradores y líderes están trabajando enfocados en un desempeño organizacional e individual. Se les apoya de diferentes maneras a lo largo del camino y se les recompensa no solo con dinero, sino también con inversión en capacitación y reconocimiento por los compromisos mutuos.

Algunas estadísticas sobre si invertir en ASG ayuda al retorno de la inversión son las siguientes: las empresas públicas con mejores registros de impacto social tienen mayores rendimientos para los inversores a tres años y tienen más probabilidades de convertirse en acciones de “alta calidad”. Un estudio de Bank of America Merrill Lynch encontró que las empresas con un fuerte desempeño ASG superaron al mercado entre un 3% y un 6% por año. Además, un estudio de Accenture realizado con 140 empresas estadounidenses encontró que las compañías líderes en contratación, empleo e inclusión de diversidad lograron, en promedio, un 28% más de ingresos, mayores ingresos netos y un 30% más de márgenes de ganancia. Por otro lado, los programas ASG y de responsabilidad social corporativa (RSC) eficaces y transparentes pueden aumentar la retención de empleados hasta en un 50%, según datos y estudios internos de 2019 de Starbucks, Campbell, Babson College y Glassdoor.

Nuestro compromiso como organización no es solo generar más ingresos por la inercia del negocio, sino dirigir este incremento de manera que tenga un impacto positivo y beneficie a todos los que participan en nuestro ecosistema.

Suscríbete a Forbes México

Contacto:

Por Sofía Cruz, Directora de Merges & adquisiciones para Mercer México

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México

 

Siguientes artículos

La solución a cualquier problema está dentro de la empresa: hallar agujas en la oscuridad
Por

Como sabemos, la gran diferencia entre una oportunidad y una fortaleza es cuál se nos presenta como una circunstancia in...