Un grupo de más de 40 becarios de la Casa Blanca criticaron en una carta anónima la política del presidente Joe Biden frente a la guerra en Israel y la Franja de Gaza y pidieron al Gobierno de EU que trabaje para lograr un cese al fuego permanente.
“No vamos a permanecer callados ante el genocidio del pueblo palestino”, escribieron los becarios en la misiva, publicada inicialmente por el portal NBC News, “creemos que es nuestra labor alzarnos frente a la injusticia y el genocidio y señalar los errores cometidos por nuestros líderes”.
La carta, dirigida tanto a Biden como a la vicepresidenta Kamala Harris, cuenta con el apoyo de decenas de becarios de diferentes áreas de la Casa Blanca, incluyendo la oficina del presidente y el consejo de política interna.
“Mientras que el Gobierno ha expresado su apoyo por una pausa humanitaria, nosotros creemos que cualquier cosa que no sea un alto completo a la masacre de” gazatíes “no será suficiente”, aseguran los becarios.
Esta carta llega en medio de críticas por parte del ala progresista del partido Demócrata a la postura de EU frente al conflicto y de multitudinarias manifestaciones en varias ciudades del país pidiendo un alto al fuego en Gaza.
La semana pasada, cientos de trabajadores de la Agencia de EU para el Desarrollo (USAID) enviaron también una carta a la Casa Blanca pidiendo un cambio de rumbo en su política.
EU culpó al grupo islamista Hamás de haber roto la tregua a la que se había llegado con Israel, que se prolongó por siete días y tras la cual se reanudaron los bombardeos.
La tregua, iniciada el 24 de noviembre, supuso una pausa a la guerra que estalló el 7 de octubre tras un ataque del brazo armado de Hamás que incluyó el lanzamiento de miles de cohetes hacia Israel y la infiltración de unos 3,000 milicianos que mataron a unas 1,200 personas y secuestraron a otras 240 en aldeas israelíes cercanas a la Franja de Gaza.
Los muertos en Gaza superan ya los 16,000, según informó este martes la Oficina de Comunicación del Gobierno de Gaza, bajo control de Hamás. Según concretó, murieron 16,248 personas, incluidos más de 7,000 niños y cerca de 5,000 mujeres, lo que supone que en torno al 70% de fallecidos son población civil. EFE
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