La denominada economía colaborativa ha transformado nuestras vidas al grado de que podemos solicitar un auto con chofer o rentar una casa con solo dos taps en nuestro smartphone. En el caso de Carrot, ese modelo también nos permite rentar autos por hora y, a partir de hoy, rentarle un auto a otro particular, como si se tratara de un Airbnb vehicular. “Después de 5 años de compartir nuestros coches decidimos abrir el servicio para que fueran los coches de quien sea (particulares, flotillas de empresas, agencias locales de renta de auto) e integrarlo en un servicio llamado Carrot Share”, dijo a Forbes México Jimena Pardo, cofundadora y CEO de Carrot. “Hay más de 9 millones de autos que circulan por la ciudad, y el 90% del tiempo están estacionados, es decir, esos recursos están muy subutilizados y queremos aprovecharlos”, agrega la emprendedora. La idea detrás de la nueva modalidad de negocio de la startup es sencilla:
  1. Entra a carrotshare.mx
  2. Regístrate
  3. Busca el auto que más se ajuste a tus necesidades y presupuesto
  4. Acuerda con el propietario un punto de encuentro
Y si eres propietario de un vehículo, el mecanismo también es simple: visita la sección de Renta tu auto, ingresa tus datos generales y los de tu coche, sube una foto y en breve Carrot se comunicará contigo para darte los detalles. No importa si eres un particular dueño de un solo auto o dos, o tienes una flotilla corporativa (subutilizada los fines de semana, por ejemplo) o incluso una agencia de renta de autos. “Buscamos autos de 2005 a la fecha, fuera de eso está abierto a cualquier automóvil, siempre y cuando tenga seguro con cobertura amplia”, explica Pardo. La tarifa por día es fijada por el propietario y una comisión va a Carrot. Al final, la compañía estima que esa tarifa por día puede ser hasta 25% más baja que en una compañía tradicional de renta de auto, eso sin contar el costo del seguro. Esta nueva área de negocio no sólo demuestra que una plataforma de economía compartida basada en bienes tan costosos como un vehículo es posible, sino que también es escalable. Hasta ahora, Carrot sólo operaba en la Ciudad de México, donde tiene casi 100 unidades, pero la nueva modalidad extiende sus operaciones a todo el país y tiene el potencial de conectar a conductores con propietarios en cualquier rincón de la República. No obstante, sus ambiciones van más allá. “La fase Beta —en operación a partir de hoy— y la versión 1.0 las haremos con recursos de la misma empresa y una vez que tengamos esa prueba exitosa bajo el brazo queremos levantar capital para poder expandirnos al resto del país y a otras ciudades de Latinoamérica”, detalla Pardo, a la vez que explica que los siguientes destinos que les gustaría explorar son Bogotá, Colombia, y Santiago, Chile.   Un negocio alimentado por la buena onda ¿Cuán arriesgado es prestar tu auto a un extraño? Para Pardo se trata de una extensión de una práctica basada en la buena fe de los usuarios que comenzó hace un lustro cuando abrieron operaciones. “Ya llevamos 5 años haciéndolo, el año pasado invertimos en tecnología y tenemos el proceso de on-boarding más rápido del mundo para cualquier plataforma de car sharing: Tomas una foto de tu licencia, una de tu identificación oficial, una de tu tarjeta de crédito y después te tomas una selfie, mandas esas cuatro y el algoritmo hace lo demás” explica la CEO. Una vez que el sistema comprueba que eres quien dices ser, el sistema bloquea la cantidad de la reservación en tu cuenta y no cobra hasta que haya terminado el servicio. Al final, tanto el conductor como el propietario del vehículo otorgan una calificación de una a 5 estrellas a su contraparte, lo que ayuda a generar reputación y valida su presencia en el marketplace. A través de Carrot Share, los usuarios pueden rentar autos, camionetas, vans, SUVs, deportivos o autos de lujo. “Queremos que la gente aproveche sus autos y creemos que podemos lograrlo, no buscamos ser como Uber, porque hay mucha gente que compró autos para meterlos a trabajar y después se desenamoró porque no resultó siempre un buen negocio”, explica Pardo. ¿Qué ocurre si hay algún daño? “Para daños mayores, el seguro se hace responsable, y en el caso de los menores nosotros respondemos al propietario por lo que pudiera ocurrir con su vehículo, pero creo que es importante decir que nuestros índices de vandalismo son bajísimos.  A nivel mundial ese índice para servicios de car sharing es de 10% y en México es de 1 a 2%, me atrevo a decir que cuando los hemos registrado se trata más de pequeños accidentes que de una mala fe”, dice la emprendedora.

 

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