Este mes esta siendo un acontecimiento en el mundo del coaching y del liderazgo ya que uno de los padres del coaching moderno ha sacado su ultimo libro, Becoming Coachable.” Y me gustaría destacar el impacto que está teniendo en la comunidad de coaches, que el mismo ha creado MG 100 coaches. Se está materializando el concepto de pertenecer a un sitio, a un grupo, a un gremio. 

Hace ya ocho años, Marshall Goldsmith, decidió compartir sus enseñanzas a un grupo exclusivo y elegido como agradecimiento de todo lo que habían hecho por él sus mentores. Ese grupo al que tengo el honor de pertenecer, es una comunidad de coaches donde a parte de aprender del Doctor Goldsmith, todos aprendemos de todos, compartimos ideas, conocimiento, proyectos etc. Y como no podía ser de otra manera nos apoyamos unos a los otros. La razón principal, a parte de pay it forward es el orgullo de pertenecer a una comunidad que te avala. La pertenencia a un grupo de apoyo y validación. 

Esta misma esencia de pertenencia se extrapola en las empresas. Los empleados, los equipos trabajan juntos colaborando, cooperando con la meta de obtener resultados óptimos. Pero el camino para llegar a la meta esta lleno de conversaciones, interactuaciones, retroalimentación, realización y cambios. Cuando más flexibles seamos más abiertos vamos a estar a escuchar al otro, a intercambiar ideas, a co-crear. 

Y ese es precisamente el reto, ¿Cómo podemos dar y recibir coaching? A través de los años, el coaching se ha vuelto mas accesible. Las empresas pequeñas lo ofrecen y las grande multinacionales crean programas de coaching para sus empleados más jóvenes dejando de ser un lujo exclusivo de los Consejeros de Administración. 

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El problema que llevo observando en el panorama del mundo del coaching se divide en aspectos paralelos. Por un lado, cada vez hay mas oportunidades desde el punto de vista tecnológico de crear plataformas de coaching, donde se ofrecen programas y servicios a precios muy competitivos pero los coaches, no tienen experiencia. Y por otro lado, los empleados que reciben coaching, no están listos para trabajar con un coach, sobre todo si es un buen coach con muchos años de experiencia. Ya que esto implica un trabajo interno, de transformación y de cambio tanto de perspectiva como de comportamientos. 

Respecto a las plataformas de coaching, emana el problema de la calidad de los servicios. Al crearse tantas opciones, y estar ante una profesión no regulada, las barreras de entrada son mínimas.  El mercado se expande y los honorarios son cada vez más bajos y por tanto, el coaching y su calidad pueden estar en entre dicho. 

El segundo problema, quizá derive del primero y es que los empleados que reciben coaching, no están listos para realizar el trabajo que conlleva y en muchos casos, son personas no “cocheables.” Lo que muchos demandan son herramientas de liderazgo, workshops o material porque muchos, confunden conocimiento con práctica. 

Entender lo que se debe hacer no es suficiente para ser un buen líder sobre todo porque la complejidad del cambio radica en el ser conscientes de lo que debemos modificar y en saber como nos perciben los demás. 

Según palabras de, Marshall Goldsmith, Scott Osman y Jacquelyn Lane,  queridos amigos y autores de Becoming Coachable: Unleash the power of executive coaching to transform your leadership and life, el “coaching es el masaje del tejido profundo del desarrollo del liderazgo, applicando la presión lenta y constante de la autoindagación, la sinceridad, la práctica constante para examinar fallos y construir comportamientos transformadores.” 

Es un trabajo de autoconocimiento, entendimiento, aceptación y cambio. No es nada fácil enfrentarse a los obstáculos diarios personales, y profesionales. Es una responsabilidad con uno mismo de mejora. Es la búsqueda de muchas preguntas. 

La búsqueda de muchos “por qué”. Y según Oso Trava, líder y formador Mexicano, “la diferencia entre un por qué superficial de uno mas que profundo es que cuando estás teniendo un mal día, tu por qué profundo será la gasolina capaz de sacarte adelante y vencer los más grandes obstáculos”

Con el trabajo individual de cada empleado, gerente y director, se puede escalar la cooperación, la colaboración, la empatía, la escucha, el diálogo y todas los soft skills de igual manera que escalamos los resultados, la producción y las ventas.  El camino no es fácil y hay que estar preparados para ello.

Contacto:

Lucrecia Iruela. Abogada, Coach ejecutivo, empresaria. Liderazgo visión 360. Silicon Valley advocate. Marshall Goldsmith 100 coaches

Twitter: lucreciart

LinkedIn: https://www.linkedin.com/in/lucreciai/

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