“Cuando hay un diálogo verdadero, ambos lados están dispuestos a cambiar” Thich Nhat Hanh

El diálogo como forma de comunicación oral o escrita es el mejor vehículo para que nos comprendamos como seres humanos, resolvamos conflictos, intercambiemos información y construyamos relaciones. Sin embargo, los medios por los cuales entablamos diálogos en la actualidad, como las redes sociales, permiten la reproducción de muchas opiniones o juicios que no necesariamente colaboran en intercambios respetuosos. En el campo de las empresas familiares el diálogo debe ser un eje transversal que se desarrolle de manera sana y cordial para lograr el éxito.

Estar en desacuerdo con otras personas no es malo. Al contrario, la discusión respetuosa puede ser muy favorable para obtener nueva información, conocer personas y desarrollar actividades de manera efectiva “La mayoría de la gente huye del conflicto cuando, para mí, muchas cosas buenas surgen del conflicto.” María Morales. Los portales virtuales, plataformas, en general las posibilidades que la web permite han cambiado las dinámicas de comunicación. Todavía a finales del siglo XX lo común era que columnistas, escritores o periodistas, con acceso a publicaciones periódicas, escribieran su opinión o crítica sobre algún tema, en esta era digital, cualquiera con una computadora o celular puede emitir una opinión pública sobre algún tema. Hay a este respecto algunas cosas que reflexionar.

Tener algo para decir

Contar con el espacio para expresarnos no significa que estemos obligados a decir algo. Para emitir una opinión es necesario estar informados sobre el tema, pero sobre todo, es fundamental ser respetuosos con las ideas del prójimo. Antes de emitir algún juicio podemos tomar en cuenta estas sugerencias: reflexionar antes de expresarnos, cuestionar ideas, pero no personas, no presuponer nada, no generalizar, reconocer cuando hay puntos en común, fomentar la comprensión y no la agresividad. Al interior de las empresas familiares es preciso saber que “quienes lideran, deben abrirse a escuchar y aprender con otros… El diálogo no es un debate. No se trata de quién tiene la razón. Se trata de comprender y producir encuentros. Es una disposición clave para la innovación.” (El diálogo es el camino de la convivencia, el respeto y la colaboración). En el negocio familiar o en el mundo debemos aprender a aceptar que cuando no hay algo valioso que aporte al diálogo, es mejor escuchar y respetar otras ideas.

La inmediatez: buena y mala compañía

Justamente por las facilidades que la virtualidad provee, el tiempo de los diálogos se ha acortado. Un tweet, un post, un comentario llevan apenas un minuto o dos, por ello en los diálogos orales, también se puede perder la dinámica de emisor, y receptor que escucha hasta que sea su turno de hablar. Dentro de la empresa, escuchar activamente a colaboradores, socios o clientes, da como resultado oportunidades de mercado o adaptación.

“Estar en desacuerdo con otras personas no es malo. Al contrario, la discusión respetuosa puede ser muy favorable para obtener nueva información, conocer personas y desarrollar actividades de manera efectiva.”

El diálogo es la materia prima del progreso empresarial, promueve la transparencia y confianza dentro de la organización lo que devendrá, siempre en un ambiente laboral productivo y sano que evite el conflicto pues “cuando los líderes no logran diferenciar los niveles de escucha y en su defecto no logran transmitir la importancia de poner una verdadera atención en las conversaciones, los equipos de trabajo empiezan a tener combates verbales” (Líder: Saber escuchar puede ser la diferencia entre el éxito o el fracaso del equipo). Si los líderes saben tomarse el tiempo de escuchar se genera inclusión y se fomenta la creatividad.

En resumen, el diálogo no significa que todos sus participantes estén en total acuerdo. Significa que existe la capacidad de intercambiar ideas y puntos de vista sin que eso resulte en un conflicto. El diálogo es un espacio donde debe predominar el respeto y la apertura para alcanzar un objetivo favorable y común cada persona, para la empresa, la familia y para la vida. “Siempre que estés en conflicto con alguien, hay un factor que puede marcar la diferencia entre dañar la relación y fortalecerla. Ese factor es la actitud”. William James

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