Horas después de que un hombre de Pensilvania presuntamente disparó varias veces al expresidente Donald Trump antes de ser asesinado por el Servicio Secreto, miembros del Congreso de EU pidieron investigaciones sobre cómo la agencia encargada de proteger a los presidentes, candidatos y sus familias permitió que ocurriera algo tan cercano.
En una conferencia de prensa celebrada el sábado, se preguntó a los representantes del FBI y de la policía estatal sobre el edificio desde el que el presunto tirador había disparado.
“Realmente tendremos que dejar esas preguntas en manos del Servicio Secreto”, respondió Kevin Rojek, quien dirige la oficina local del FBI en Pittsburgh. Ningún representante del Servicio Secreto estuvo presente en la conferencia.
El presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, el legislador James Comer, envió una carta el sábado exigiendo que la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, testifique el 22 de julio.
“Deberían rodar cabezas por esto”, escribió el representante Tim Burchett de Tennessee en la red X, anteriormente Twitter, antes de respaldar una audiencia urgente esta semana.
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Una cosa que los legisladores probablemente examinarán es el presupuesto del Servicio Secreto.
La agencia, que no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios, recibió más de 3,000 millones de dólares de los contribuyentes en 2024 (frente a los 2,780 millones del año pasado) para sus operaciones.
Es casi seguro que esa es la mayor cantidad que el Servicio Secreto ha tenido a su disposición. Ajustados a la inflación estimada, esos 3,000 millones de dólares siguen siendo unos 100 millones de dólares más que el presupuesto de 2023 y el más alto desde al menos 2014, según un análisis de Forbes.
El presupuesto del Servicio Secreto alcanzó previamente un pico ajustado a la inflación en 2020, el último año de elecciones presidenciales.
La agencia, que forma parte del Departamento de Seguridad Nacional, ya ha gastado alrededor de 1,800 millones de dólares este año fiscal, hasta finales de mayo. (El año fiscal del gobierno de EU comienza el 1 de octubre).
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Según un desglose del Departamento del Tesoro, el Servicio Secreto ha gastado más de 800 millones de dólares en “operaciones de protección”, además de otros 500 millones en operaciones de campo y 300 millones en “apoyo a la misión”.
También ha gastado 75 millones en formación y desarrollo profesional, 50 millones en “contramedidas de protección” y 20 millones en informática forense.
Un portavoz del Servicio Secreto dijo el domingo en una declaración en X que recientemente había aumentado la seguridad del expresidente.
Escándalos del Servicio Secreto
Cheatle, la jefa de la agencia, también podría tener que responder preguntas sobre los diversos escándalos de la agencia a lo largo de los años.
En 2022, cuatro agentes, incluido uno que protegía a la doctora Jill Biden, la esposa del presidente, fueron engañados por dos hombres que se hicieron pasar por agentes federales y les dieron regalos durante un periodo de meses.
Otros incidentes vergonzosos recientes incluyen un escándalo de prostitución en Colombia en 2012, una violación de la valla de la Casa Blanca en 2014 y un agente que, en 2021, acusó públicamente a los partidarios de Biden de traición después de las elecciones de 2020.
El Servicio Secreto tiene la misión de proteger al presidente desde 1901, tras el asesinato de William McKinley. Su función se amplió para incluir a los expresidentes y sus cónyuges en 1965, tras el asesinato de John F. Kennedy. Se amplió aún más para incluir a los principales candidatos y sus cónyuges en 1968, después de que Robert F. Kennedy fuera asesinado durante la campaña.
Robert F. Kennedy, Jr., hijo de RFK, quien actualmente se postula a la presidencia como independiente, ha solicitado protección del Servicio Secreto en múltiples ocasiones, pero el Departamento de Seguridad Nacional le ha denegado la protección con el argumento de que no cumple con la definición de candidato importante.
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Ni la campaña de Kennedy ni el departamento respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios.
En la actualidad, el Servicio Secreto cuenta con más de 3,000 agentes, además de 1,300 oficiales uniformados y más de 2,000 miembros adicionales del personal de apoyo, según su sitio web.
Esas cifras podrían aumentar pronto: el domingo, dos miembros de la Cámara de Representantes anunciaron planes para un proyecto de ley bipartidista para brindar seguridad adicional a Trump, Biden y RFK Jr.
Este artículo fue publicado originalmente en Forbes US
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