La empresa especializada en soluciones de materias primas y combustibles Énestas advirtió que en México, solamente 15 estados aplican impuestos verdes o ambientales, por lo que el resto está desaprovechando este mecanismo para avanzar hacia la transición energética y fomentar la sostenibilidad.
“Los impuestos verdes en México fomentan prácticas sostenibles y financian proyectos ambientales. Una combinación de políticas fiscales y tecnologías de transición puede ayudar a México a avanzar hacia un futuro más sustentable”, aseguró la subdirectora comercial de Énestas, Marcela Gastélum.
En la videoconferencia “Impuestos Verdes en México: ¿Qué son? y ¿Cómo se aplican?”, señaló que en 2023, la recaudación por impuestos verdes sumó 2,590 millones de pesos, lo que representó solamente 3.5% de los ingresos por impuestos.
La subdirectora en Énestas precisó que los estados que aplican algún impuesto ambiental son: Baja California, Campeche, Coahuila, Durango, Estado de México, Guanajuato, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tamaulipas, Yucatán y Zacatecas.
Indicó que el objetivo central de los impuestos verdes no es elevar la recaudación de impuestos, sino crear incentivos para que las empresas y consumidores adopten prácticas más sustentables, así como tecnologías y procesos más limpios. El incentivo radica en que elevan los costos de operación de las firmas.
“Los impuestos verdes deben diseñarse cuidadosamente para evitar efectos negativos excesivos en la actividad empresarial, pues encarecen las fuentes de energía más contaminantes. Los recursos recaudatorios por impuestos se destinan a financiar programas y proyectos de mitigación del cambio climático”; sin embargo, no hay información del uso de los recursos, dijo Marcela Gástelum.
No obstante, comentó, “al gravar la extracción y aprovechamiento de recursos naturales no renovables, los impuestos verdes promueven un uso más eficiente y sustentable de la energía. La transición energética en México enfrenta varios desafíos”.
La ejecutiva de Énestas mencionó que la transición energética se entiende como el tránsito gradual hacia la descarbonización de las actividades económicas para promover la seguridad energética e incrementar la competitividad de las industrias en México.
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