Sin duda, una de las decisiones más trascendentales en la vida es la elección de la carrera universitaria que deseamos estudiar. Los especialistas señalan que no hay una edad ideal para elegir una carrera universitaria; todo dependerá de la madurez del individuo y del reconocimiento de sus aptitudes, habilidades e intereses.

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Es crucial tomar esta decisión basándose en un análisis profundo, hay que preguntarse: ¿realmente esto es lo que me apasiona? Y decidir con base en ello, aunque tampoco hay que olvidar que cambiar de opinión es de sabios; si es necesario, sé valiente y toma una nueva decisión.

Suponiendo que ya elegiste la carrera que deseas estudiar, el próximo paso es seleccionar la institución educativa que se adecue a tus necesidades. Aquí surge el dilema cuando la universidad de tus sueños está fuera de tu alcance económico o el de tu familia. ¿Qué hacer en esos casos?

En México hemos reforzado poco a poco la cultura de la prevención en comparación con otros países. La educación pública es una excelente alternativa, aunque no suficiente para satisfacer la creciente demanda. Por otro lado, la educación privada, aunque valiosa, es cada vez más costosa. Según BBVA (2024), “estudiar una carrera universitaria puede costar en promedio entre $350,000 y $1,200,000, dependiendo de la carrera y la escuela seleccionada”. En 15 años, los costos podrían oscilar entre $770,000 a $2,200,000.

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Por ello, existen seguros conocidos como seguros educativos o seguros de matrícula, diseñados para cubrir los costos de la educación superior ante eventos inesperados o para acumular un capital más los intereses al final del plazo. 

Si el tiempo es un factor limitante para la contratación de un seguro, otras opciones incluyen becas y apoyos financieros federales, estatales o los otorgados por las propias universidades. En este sentido, es importante investigar y aplicar a tantas como sea posible para maximizar tus opciones.

Una alternativa popular en Estados Unidos es el financiamiento o créditos educativos, sin embargo, es importante considerar que cuanto más extenso sea el plazo de pago, mayores serán los intereses y el costo total del capital. Además, la liberación de tu título universitario no se efectuará hasta saldar la deuda.

Otra opción en nuestro país, si prefieres evitar endeudarte y estudiar en una universidad privada, es trabajar para financiar tus estudios. Esta decisión no solo fomenta la independencia, sino que también potencia el aprovechamiento académico, pues al cubrir los gastos educativos personalmente, se promueve un mayor compromiso y madurez.

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Finalmente, si no encuentras una opción adecuada en México, considera estudiar en el extranjero. La globalización ofrece oportunidades significativas, como programas en China donde el gobierno financia incluso cursos de idiomas, facilitando no solo la formación académica sino también la integración laboral posterior.

*José González Islas, doctor en educación; consultor en economía, finanzas y administración;  y docente de la Escuela Bancaria y Comercial, Campus Querétaro.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

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