El Fondo Monetario Internacional (FMI) instó a Japón y Corea a trabajar en políticas para empoderar a las mujeres, con el objetivo de impulsar la fertilidad y el crecimiento económico, ya que estas dos naciones son las que tienen las tasas de fertilidad más bajas del mundo, en un contexto en el que también son países donde hay más desigualdades de salario por género y donde la carga de cuidados se soporta más en el ámbito femenino.

En un documento de análisis, el FMI señaló que las mujeres en Japón y Corea enfrentan desafíos especialmente difíciles al compaginar su carrera y su familia. Muchas mujeres jóvenes son testigos de cómo sus pares enfrentan retrasos en sus ascensos después del matrimonio y el parto, problemas para dividir las responsabilidades del trabajo doméstico y tienen dificultades para encontrar un cuidado infantil adecuado. 

Además, la carga financiera asociada con la crianza de los hijos, incluidos los costos de espacios habitables más grandes y la garantía de una educación competitiva para sus hijos, es un factor adicional que afecta las decisiones de las parejas sobre ampliar sus familias.

En consecuencia, los matrimonios tardíos y los partos se han vuelto cada vez más comunes, lo que contribuye significativamente a la disminución de la fertilidad en estos dos países. Con 0.72 y 1.26, respectivamente, las últimas tasas de fertilidad en Corea y Japón se encuentran entre las más bajas del mundo.

Aunado a esto, todavía existen grandes brechas entre hombres y mujeres en el empleo y los salarios, particularmente en los puestos de liderazgo. La representación de las mujeres en puestos de alta dirección es inferior al 15% tanto en Japón, como en Corea, una de las más bajas de los países del Grupo de los Veinte (G20). 

Causas

El organismo internacional explicó que las normas sociales en estos dos países imponen una pesada carga a las mujeres. Las mujeres en Japón y Corea realizan aproximadamente cinco veces más tareas domésticas y de cuidado no remuneradas que los hombres, más del doble del promedio de los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en cuanto a brechas entre hombres y mujeres en el trabajo no remunerado. 

Además, algo conocido entre los economistas como “dualidad del mercado laboral” afecta desproporcionadamente a las mujeres en ambos países, esto significa que una gran proporción de trabajadoras ocupan puestos temporales, a tiempo parcial u otros tipos de puestos “no regulares” con salarios bajos y oportunidades limitadas para el desarrollo de habilidades y el avance profesional. 

En particular, algunas mujeres que abandonaron la fuerza laboral (dejando trabajos con horarios y beneficios regulares) durante los primeros años de la infancia de sus hijos sólo pudieron regresar a puestos “no regulares” y los sistemas de promoción basados ​​en la antigüedad penalizan aún más a las madres que regresan al trabajo.

Por último, las condiciones de trabajo en estos países no son favorables a las familias. Las largas jornadas laborales, los horarios inflexibles y el uso limitado del teletrabajo en Japón y Corea hacen que equilibrar las responsabilidades profesionales y de cuidado de los hijos sea extremadamente difícil para las mujeres.

Acciones

Ante esta situación, el FMI instó a Japón y Corea a reducir las condiciones de empleo “no regulares”, fomentar ascensos basados ​​en el mérito y facilitar una mayor movilidad laboral; ampliar aún más las instalaciones de cuidado infantil y facilitar las contribuciones de los padres al hogar y al cuidado de los niños; y facilitar un cambio cultural en el lugar de trabajo mediante la ampliación del uso del teletrabajo y acuerdos de jornada laboral flexible.

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Inspírate, descubre y comparte. ¡Síguenos y encuentra lo que buscas en nuestro Instagram!