El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial están profundizando su cooperación a través de un marco mejorado para ayudar a los países a intensificar sus acciones para enfrentar la amenaza del cambio climático, a través de un enfoque integrado y liderado por las naciones para las reformas políticas y las inversiones climáticas. 

De acuerdo con información de ambos organismos, dentro de sus respectivos mandatos, FMI y el Banco MUndial aprovecharán su experiencia en análisis, asistencia técnica, financiamiento y políticas para mejorar los programas de reforma impulsados ​​por los países.   

Específicamente, el FMI está ayudando a los países a desarrollar resiliencia al cambio climático con el apoyo de su Fondo para la Resiliencia y la Sostenibilidad (RST), que se financia con generosas contribuciones de 23 países. Desde que entró en funcionamiento en octubre de 2022, 18 países ya se han beneficiado del RST. Se espera que el marco mejorado de colaboración entre el FMI y el Banco Mundial aumente aún más el impacto de los Derechos Especiales de Giro (DEG) canalizados a través del RST.

Por su parte, el Banco Mundial está intensificando su acción climática con nuevas medidas que incluyen dedicar el 45% de su financiamiento anual a la adaptación y mitigación del cambio climático para 2025, trabajar para llevar energía renovable a 250 millones de personas en África para 2030 y ampliar su conjunto de herramientas de crisis para apoyar personas en primera línea de la crisis climática. 

Los organismos aseguraron que esta cooperación mejorada entre ambos fomentará asociaciones impulsadas por los países, promoverá cambios de políticas y aumentará las inversiones para satisfacer las necesidades climáticas de los países. 

El esfuerzo conjunto también optimizará el aumento de recursos que las instituciones están dedicando a la acción climática y atraerá recursos adicionales de los socios y el sector privado.   

El marco de acción se sustenta en tres principios:

En primer lugar, los países, el FMI y el Banco Mundial trabajarán estrechamente para identificar los desafíos climáticos de cada país y las reformas de políticas prioritarias necesarias para abordarlos. Este proceso se basará en los informes nacionales sobre clima y desarrollo (CCDR) del Banco Mundial, los análisis relacionados con el clima del FMI y las ambiciones climáticas de los propios países.

En segundo lugar, el FMI y el Banco Mundial trabajarán con otros bancos multilaterales de desarrollo y socios para ayudar a los países a implementar las reformas mediante asistencia técnica y financiamiento.

En tercer lugar, previa solicitud, el FMI y el Banco Mundial ayudarán a establecer plataformas lideradas por los países diseñadas para movilizar financiamiento climático adicional, incluso del sector privado.

El marco mejorado se basará en las lecciones aprendidas desde la publicación de la Declaración Conjunta de las instituciones sobre la mejora de la colaboración entre el FMI y el Banco Mundial en septiembre de 2023. 

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