Para los que son nuevos en esta tendencia de arte que viene avanzando desde 2017, el arte criptográfico o NFT art ha estado en las noticias revelando subastas con resultados de hasta siete u ocho cifras, y todo el boom, desde principio de 2021.

Pero lo que muchos se preguntan es si el arte basado en NFT (o token no fungible, en inglés), responde a una burbuja del mercado de las criptomonedas o si definitivamente, debido a su seguridad y otras cualidades que lo destacan, llegó para quedarse.

¿Qué es un NFT?

Primero hay que echar luz sobre lo que representa un NFT, que es un token único generado criptográficamente, y es vinculado a un activo digital para representar la propiedad sobre el mismo.

De esta forma, los NFT, al autenticar y hacer que las obras de arte digitales sean únicas, dieron pie a un mercado rentable en torno al arte digital, imposible de monetizar hasta el momento, debido a su propia naturaleza de no estar disponible pública o físicamente.

Así el proceso para adquirir la obra de arte

Funciona de la siguiente manera: el artista adjunta la obra de arte digital (que puede ser una imagen, video, mp3 o similar, e incluso objetos físicos) a un NFT, que luego se pone a la venta en un mercado de criptomonedas, ya sea de arte, como Flipkick o Nifty Gateway.

Por lo tanto, aunque el archivo digital adjunto se puede reproducir en un entorno digital y utilizado en las redes, la obra de arte de NFT sigue siendo auténtica, ya que su procedencia se remonta al artista original que creó ese token no fungible.

De esta forma, los NFT representan la propiedad de los activos digitales para que los artistas o las casas de subastas puedan vender esa pieza de arte digital, mientras que el contenido en sí permanece abierto y es de libre acceso al público.

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El arte NFT, del ‘hype’ de la internet a Christie´s

Dado que los NFT representan a obras de arte únicas, tienen valores basados ​​en el archivo digital que llevan: el valor de una pieza de arte NFT se decide por la cotización que impone su propietario y, además, por lo que la gente paga por ellas en las subastas, lo que hace que sean compatibles para el comercio en el dinámico mercado del arte.

En pocas palabras, los NFT representan el valor en criptomoneda de las obras de arte digitales, lo que les permite ser marcadas y comercializadas como bienes digitales negociables, aunque más allá de tratarse de un activo no tangible, lo que aumenta su valor muchas veces es el propio ‘hype’ que recibe en internet.

Señor lector: no confunda Bitcoin con NFT, si bien ambas son criptomonedas, y las dos pueden convertirse en moneda real a través de las propias billeteras virtuales que generan los mercados dedicados, son ‘divisas’ diferentes, y en el caso del criptoarte, la criptomoneda más popular en que se ofrecen las piezas es el Ethereum, que este día cotiza en 1,985.51 USD por unidad.

En resumen, a través de una tarjeta de crédito puede adquirir Ethers y si lo que usted desea es adquirir una pieza de arte NFT, también puede realizar otras operaciones, incluso financieras, como describe la web de Ethereum que echa algo de luz para los recién llegados a la tendencia.

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Prensa y altas cifras, el auge del arte NFT… ya comenzó

Encabezado por celebridades como Grimes (artista y músico canadiense) y la actriz Lindsay Lohan que participan abiertamente en subastas de NFT art, la popularidad del mercado del arte criptográfico es para algunos la nueva burbuja del mercado de obras de arte, y para otros, una bola de nieve.

La gran difusión de los NFT en los medios de comunicación en torno a las subastas de criptoarte es fundamental para comenzar a palpar y comprender su potencial económico.

Si bien, los especialistas sostienen como un gran desafío determinar con precisión el tamaño exacto del mercado, las ventas de arte criptográfico han superado cómodamente los 300 millones de dólares (mdd) en marzo de 2021.

Para comprender algo de la explosión de esta clase de arte y las interesantes posibilidades que ha desatado, mencionaremos algunos ejemplos de los primeros que han sabido hacerse de una billetera digital y llenarla en forma abundante.

El caso de Injective Protocol, una compañía de blockchain, es el disparador: ellos compraron la obra de arte original de Banksy titulada “Morons (White)” por 95,000 USD y así comienza la historia.

La quema de la obra de Bansky de 95,000 dólares fue trasmitida por Twitter, en vivo.

En marzo de 2021, la obra de arte fue incendiada ceremonialmente en una transmisión en vivo de Twitter (aquí el video) y apenas unos días después que la obra de arte física se redujo a cenizas, la versión digital exclusiva de se vendió como arte NFT por 228,69 ETH (aproximadamente 380,000 USD).

La valiente maniobra logró cerrar la brecha entre el mundo del arte tradicional y el mundo de tendencias del arte digital, elevando su precio al 400%. Asimismo, el suceso es catalogado como la primer experiencia del arte del siglo XXI de plena interacción entre la disciplina artística y las criptomonedas.

Otro hito fue una ocasión en que la casa de subastas de renombre mundial Christie’s aprovechó el auge al enumerar en su catálogo 2021, el collage digital de Mike Winkelmann de 2007, titulado “Todos los días: los primeros 5000 días”.

De esta manera, Christie´s hizo historia como la primera venta de arte puramente digital realizada por una casa de subastas tradicional y como la primer venta en la que se aceptaron pagos en criptomonedas.

Y así fue que el NFT art de Mike Winkelmann (o Beeple, como se conoce popularmente al artista), alcanzó un precio de 69,3 mdd en la subasta concluida el 11 de marzo de 2021.

Más allá de tenis virtuales de Gucci y una edición especial de las flores de Takashi Murakami, entre muchos NFT polémicos, la venta del logo del fallido Festival Fyre por parte del rapero Ja Rule, co-fundador de la iniciativa que hasta obtuvo un documental en Netflix, es uno de los casos más hilarantes donde los NFT han llegado para brindar una propia ‘cotización’.

Vale recordar que el Festival Fyre fue el mayor ejemplo de falta de previsión y desorganización en la historia de los festivales de música alrededor del mundo, y ahora como recuerdo de la fiesta que no fue, un óleo con el logo de la party salió a la venta por 600,000 USD en una subasta a través de Flipkick, pero nada más recaudó el equivalente a 122,000 USD, en Ethers.

Este caso, el NFT generado evidencia la autenticidad de la pintura que Ja Rule encargó al pintor Tripp Derrick Barnes y es uno de los non fungible token art híbridos posibles, debido a ser una obra física de 48 por 60 pulgadas, que adquirió valor digital e intransferible luego de su ‘tokenización’.

Y se le añade el concepto de híbrido, debido a que el póster también salió a la venta en tres ediciones de 10 piezas de 2250 por 2004 píxeles (JPG), que recaudaron 4,000 USD y monedas, ya que al momento de esta historia, solo se vendieron dos representaciones.

La respuesta a si el arte NFT se trata de una burbuja más o si llegó para quedarse, es algo que solo el tiempo y lo atractivo de las ofertas podrán ratificar o dejar en el olvido: lo cierto es que desde 2019, aunque con altibajos, el Ether no para de subir.

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