Desde 1996 se instauró en México el horario de verano como un método para ahorrar energía eléctrica; sin embargo, poco se consideraron las repercusiones que traería este cambio abrupto a nuestra salud. Platicamos con especialistas que nos explicaron cómo es que trajo consecuencias a nuestros organismos, sus pros y contras.

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¿Cómo nos afectaba el horario de verano?

Marina Contreras, doctora en Investigación Psicológica por la Universidad Iberoamericana, nos explica que estos cambios en los horarios llegan a ser molestos para los mexicanos, en especial al obligarnos a dormir en un horario distinto al que estamos acostumbrados, “ahí hay una afectación en el ciclo del sueño”, pero es posible adaptarse a esos cambios.

Uno de los problemas con este cambio de horario, considera la doctora Selenne Verde Tinoco, de la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM, es que es abrupto y durante el tiempo que toma adaptarse se presentarán cambios en el estado de ánimo, somnolencia diurna excesiva y sensación de sueño, que podrían reducirse si este cambio es gradual.

Somnolencia
Foto: Kinga Cichewicz/Unsplash

Nos explica que también hay repercusiones en los ritmos circadianos que son una especie de programación natural en nuestro cuerpo que se repiten cada 24 horas y en donde se segregan sustancias importantes como el cortisol, conocida como la hormona del estrés y que influye en el metabolismo y la función inmunológica.

Justo la luz natural está relacionada con el aumento de cortisol, durante las mañanas nuestro cuerpo segrega en mayor cantidad esta hormona para prepararnos para nuestra jornada, pero niveles altos pueden derivar en un deterioro de la salud.

De acuerdo con el estudio “Los efectos de la estación, el horario de verano y la hora del amanecer en el cortisol sérico en una gran población”, “el cortisol medio fue más bajo en el trimestre del solsticio de verano con aumentos comparativos significativos en el trimestre del equinoccio de primavera (3,1 %), el trimestre del equinoccio de otoño (4,5 %) y el trimestre del solsticio de invierno (8,6 %)”.

Además, el estudio encontró que “cuando se modeló el cortisol contra el tiempo, con ajuste para la hora real del amanecer en el día de la recolección, por cada hora de retraso en el amanecer hubo un aumento del 4,8 % en la mediana del cortisol”.

Cansancio
Foto: Adrian Swancar/Unsplash

¿A quiénes afectaba más el cambio de horario?

Verde Tinoco nos explica que la población en general sufre con el cambio abrupto por la hora de desfase del horario de verano; sin embargo, aquellas personas que son insomnes padecen más, “en ellos habrá un retraso mayor en su latencia al sueño; es decir, si tardamos alrededor de 20 a 30 minutos, tiempo promedio normal, para quedarnos dormidos, las personas con insomnio van a ver este retraso en su hora de sueño”.

Además, aquellas personas que constantemente sientan que no tienen un sueño reparador también sufren las consecuencias y tardarán más en adaptarse al nuevo horario.

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¿Tiene beneficios para la salud el horario de verano?

Aunque la desaparición del horario de verano ya fue avalada por las autoridades mexicanas, los especialistas consideran que estos eran los pros y contras:

La psicóloga Jazmín Silva Rojas nos explica que el horario de verano sí tiene una incidencia en la vida de los mexicanos, ya que amplía el periodo de luz que es aprovechado para hacer algunas actividades.

Otro punto que destaca la especialista es que en algunas personas genera una sensación de seguridad, “yo trabajo con muchas mujeres adolescentes y algo que plantean es que con el horario de verano, al haber más luz, hacen más actividades durante la tarde y les da más seguridad, se sienten más a gusto y en confianza que cuando es el horario invernal ya que oscurece más temprano, además de que les genera inseguridad salir a las calles”.

En contraparte, Iván Villanueva Becerril, doctor en Fisiología, nos explica que desde la perspectiva de los ritmos biológicos no hay beneficios, de hecho, es al revés. “El aspecto fisiológico que más se afecta con el cambio de horario son los ritmos biológicos —fenómenos generales que involucran una gran variedad de variables fisiológicas—, cada cambio de horario implica que todas las variables fisiológicas cambien su plan temporal y esto trae diferentes alteraciones.

Ejercicio
Foto: Gabin Vallet/Unsplash

Para la doctora Contreras todos los beneficios que podamos encontrar en el horario de verano son evaluaciones completamente personales y aunque admite que el estado de ánimo general en el ser humano mejora con la luz solar, no se comparan con los beneficios de un sueño reparador, “para las personas no hay ningún beneficio, por lo menos no documentado”.

Repercusiones a la salud

Villanueva Becerril nos explica que hay estudios que demuestran que estos cambios de horario derivan en padecimientos y enfermedades como:

  • Problemas de tipo gastrointestinal: acidez e intolerancia a ciertos alimentos
  • Malestar intestinal general
  • Problemas cardiovasculares
  • Cambios en la presión sanguínea
  • Obesidad
  • Resistencia a la insulina
  • Cáncer

También se han encontrado problemas psiquiátricos como:

  • Tendencia a la depresión
  • Ansiedad
  • Abuso de sustancias como el alcohol
  • Reducción del aprendizaje neurocognitivo en general
  • Alteraciones conductuales (irritabilidad)

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Cómo prepararnos para el cambio de horario invernal

Los expertos nos ofrecen una serie de consejos para adaptarnos nuevamente ahora con la entrada del horario invernal:

  • Hacer un cambio gradual: una o dos semanas antes comenzar a despertarnos 20 minutos antes para evitar mayores repercusiones en la calidad del sueño
  • Mantener la misma rutina antes de dormir: Silva Rojas nos recomienda que con el cambio al horario de invierno no modifiquemos nuestra rutina “no porque tengamos una hora más hagamos otras actividades”
  • Higiene del sueño: cuidad y preparar el lugar donde vamos a dormir
  • Exponerse, gradualmente, a una luz que simule el amanecer
  • Evitar el consumo de bebidas energéticas antes de dormir
Dormir
Foto: Lux Graves/Unsplash

Aunque podría parecernos que tener más tiempo de luz solar es un beneficio, todos los expertos consultados coinciden en que pueden existir repercusiones derivadas del horario de verano en diversos aspectos de nuestra salud, por lo que es mejor no estar expuesto a estos cambios de horario.

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