Los valores que inculca el líder son los que, tarde o temprano, se verán reflejados en cada área de la organización. Yo pasé años en un barco de velas con mi padre como capitán y crecí experimentando el liderazgo y la relación entre líder y seguidor. En un barco en plena tormenta, se nota claramente esta conexión. No hay duda de que los líderes más queridos son las personas que crean conexiones, uniendo intereses para construir algo grande – como cruzar un océano o entrar en un mercado emergente – y algo que dura a pesar de tormentas y desafíos.

Existe un “contrato social” entre líderes y seguidores desde hace miles de años. El “contrato” se basa en la confianza entre miembros de una tribu, una comunidad o de una organización. Ahí, el líder goza de beneficios asociados con autoridad y poder, a cambio de proteger y asegurar el bienestar de los miembros. Un buen líder está al servicio de los demás, debe dirigir su tribu hacia el éxito, alcanzar metas económicas, sociales, políticas, etc.

En el mundo empresarial, algunos gerentes de empresas pequeñas e incluso de corporaciones grandes se han olvidado de este contrato social. Los excesos de dinero, fama o poder han eclipsado su rol y su responsabilidad de proteger los intereses y el bienestar de los demás. Durante la crisis económica de 2007 en los Estados Unidos, conocida como subprime, las malas prácticas relacionadas con hipotecas y seguros causaron graves daños al sistema financiero y a la vida de miles de personas. La película The Big Short es una mirada hacia este mundo y el impacto de una crisis financiera.

Ser un líder tiene su costo, no solo una recompensa. Ser líder implica proteger a las personas que le han puesto en esa posición: los inversionistas y empleados, la comunidad y los clientes. Una protección que los hace sentir seguros y tener confianza en la organización; un manto que hace que los miembros sean más felices, trabajen mejor y logren mejores resultados.

¿Por qué algunos equipos, a pesar de contar con muchos incentivos, fracasan y tienden a quebrarse mientras intentan alcanzar la meta propuesta? Dudan; no confían que el líder, los miembros del grupo o la organización los va a apoyar si toman un riesgo o si actúan por iniciativa propia.

El líder tiene un rol sumamente importante para fomentar un “círculo de seguridad” entre los miembros del equipo, entre él y los miembros, y entre ellos y el mundo de afuera. Y no se puede lograr esto si hay desconfianza o duda sobre si el líder se preocupa por ellos. Como sociedad, progresamos cuando nos sentimos seguros como miembros de un grupo.

Si los líderes se sirven al último, demuestran que están interesados en el bien de los demás y no solo en ascender de rango en la empresa.

Los valores que inculca el líder son los que, tarde o temprano, se verán reflejados en cada área del negocio.

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