Frente a la pandemia y la consecuente crisis sanitaria, los gobiernos tuvieron la opción de encontrar en ella una ventana de oportunidad para el crecimiento y el desarrollo social.
La lógica parecía indicar, hace ya 20 meses, el repliegue y la contracción de los programas sociales como una forma de paliar los efectos del confinamiento y la inactividad económica. Sin embargo, en la Ciudad de México ocurrió un efecto contrario.
“La pandemia fue una oportunidad para cumplir la promesa de que no quedaría nadie detrás”, escribió la Jefa de Gobierno de la capital nacional, Claudia Sheinbaum en un artículo de la revista The Economist.
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Un gobernante, al inicio de su administración, delinea su programa de gobierno, establece estrategias y fija metas relacionadas con el crecimiento y desarrollo en todos los órdenes, pero difícilmente tiene en el escenario una crisis sanitaria mundial.
Hoy, la Ciudad de México ha cambiado en muchos sentidos. Con los indicadores de Covid-19 más bajos desde que inició la pandemia y un proceso de vacunación de personas mayores de 18 años en un 94%, está en un proceso de reactivación económica fundamentada en la articulación entre ciudadanía, organismos empresariales y autoridades.
La cobertura de las necesidades básicas de la población quedó garantizada durante la pandemia y la seguridad registró una tendencia continua a la baja, que actualmente se comprueba que no fue resultado del aislamiento sino de una estrategia integral.
Las políticas prepandemia estaban encaminadas a la reconstrucción del estado de bienestar con sostenibilidad. Las políticas post pandemia lo confirman.
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La sostenibilidad entendida como la gestión de recursos para garantizar el desarrollo social, económico que garantice la inclusión equidad en distintos ámbitos en un marco de gobernabilidad.
En la capital nacional se presenta la construcción de una ciudadanía inclusiva, participativa, tolerante, con voluntad para erradicar viejas prácticas que alentaban la corrupción y debilitaban la democracia.
Las diferencias de pensamiento e ideologías son evidentes, pero quedan superadas cuando se pone en el centro el beneficio de la comunidad, que se manifiesta con mayores oportunidades de educación o, por ejemplo, de conectividad.
La conexión entre organismos empresariales y autoridades fortalece las expectativas de crecimiento y dan confianza en el proceso de reactivación económica y demuestra que sí fue posible construir durante la crisis.
Contacto:
Salvador Guerrero Chiprés es Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.
TW: @guerrerochipres
Twitter: @elconsejomx
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
