Por: Héctor Olea*

En los últimos años, México ha impulsado el desarrollo de energías limpias para alcanzar un equilibrio en el portafolio de generación eléctrica nacional y para fortalecer nuestra soberanía energética. Es bien sabido que las energías limpias traen consigo amplias ventajas ambientales, sociales y económicas que benefician al planeta, a las comunidades y a todos sus habitantes. 

Nuestro país en particular cuenta con una posición inmejorable en términos de recursos solares, ya que 85% de nuestro territorio tiene condiciones óptimas de irradiación solar. Esta ventaja nos ha permitido, año con año, desarrollar el sector de la energía solar de forma exponencial. Hoy contamos con más de 5,500 MW de capacidad instalada repartida entre proyectos de gran escala y generación solar distribuida o techos solares.

En el contexto actual, de un enorme desafío sobre nuestra economía, resulta aún más apremiante seguir impulsando alternativas que apoyen la competitividad de la planta productiva nacional. Particularmente expuestas están las PyMEs que generan más del 80% de los empleos en México. En este sentido, los techos solares son una ventana de oportunidad accesible y competitiva para este tipo de negocios en tiempos de recesión económica. 

La generación de energía eléctrica a través de techos solares convierte a los usuarios en “prosumidores”: productores y consumidores de energía generada in situ a través de instalaciones relativamente simples, con costos de operación mínimos, equipos más económicos y con una vida útil cada vez mayor. Su competitividad se sustenta en la reducción en los costos de instalación, así como los ahorros de hasta 95% en las tarifas eléctricas mensuales.

Para aprovechar el gran potencial de crecimiento que representa la generación solar distribuida en todo el país, se están promoviendo importantes iniciativas. Asolmex ha impulsado junto con la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, la ampliación del umbral (de 0.5 MW a 1.0 MW) en la capacidad de generación exenta ante la Comisión Reguladora de Energía (CRE), reduciendo con ello trámites y permitiendo que cada vez más usuarios tengan acceso a esta tecnología.

La Cámara de Diputados también aprobó recientemente una iniciativa para reformar la Ley de la Industria Eléctrica a fin de promover el uso de techos solares en los edificios de la Administración Pública Federal. Por último, la CRE resolvió expedir el marco regulatorio para la operación del llamado community solar que permitirá desarrollar proyectos solares para pequeñas comunidades de usuarios.

Si bien en la actualidad existen más de 112 mil techos solares a lo largo y ancho del país, con una capacidad instalada de 818 MW, el potencial de crecimiento es muy alto ya que se estima que puede alcanzar hasta 28,000 MW, según datos de PwC. 

Sin lugar a duda, los techos solares son, ahora más que nunca, un catalizador importante para el desarrollo económico del país, a partir de energía limpia y competitiva, que empodera a los consumidores al tiempo que descongestiona las saturadas redes de transmisión y distribución existentes.

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*El autor es Presidente de la Asociación Mexicana de Energía Solar (Asolmex).

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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