Recientemente, unas 50 compañías de seguridad privada en Coahuila fueron clausuradas porque prestaban servicios a empresas de diversos giros sin estar registradas ante la Secretaría de Seguridad Pública. Sus elementos no contaban con licencias para ejercer esa función ni cumplían con los requisitos de portación de armas de fuego, por lo que no garantizaban realmente la protección de sus clientes y propiciaban situaciones innecesariamente riesgosas para ellos.  Como resultado, los directivos de todos los clientes que indirectamente también se vieron afectados por esta clausura masiva, se las vieron “negras” por unos días para no detener la operación de sus negocios al quedarse momentáneamente sin la protección “aparente” con la que se apoyaban.  El caso de Coahuila no es la excepción. En todas las entidades del país operan más de 126,000 elementos privados que tienen en sus manos 52,910 armas de fuego, pero más de la mitad de ellos pertenecen a empresas irregulares que no cumplen con los lineamientos que se establecen en la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. Algunas de estas empresas de seguridad “patito” manipulan armamento sin tener conocimientos profundos sobre su manejo, ni tienen programas de prácticas de tiro, además tampoco ofrecen capacitación adecuada para saber en qué situaciones o circunstancias se puede hacer uso del mismo. No cualquier persona puede manejar un arma y se requieren muchas pruebas, hasta emocionales y psicológicas para ello.  En Saltillo, por ejemplo, se hizo recientemente un terrible uso de las armas durante un concierto, luego de que un elemento de seguridad contratado por la empresa organizadora del evento disparó contra uno de los fans que corrió inesperadamente para pedir el autógrafo a un famoso cantante latino. Un hecho similar ocurrió hace unos meses en el parque Lincoln en Polanco, Ciudad de México, donde se suscitó un enfrentamiento con armas de fuego entre dos grupos de escoltas que pasaron de las agresiones verbales a los disparos y accionaron injustificadamente sus armas, poniendo en riesgo la vida tanto de las personas que custodiaban como de quienes transitaban por la zona.     Que los escoltas no estén plenamente capacitados en el uso de armas y que las empresas de seguridad privada no tengan los permisos necesarios por las autoridades correspondientes puede convertirse en un gran problema como el cierre temporal de las operaciones de los clientes a los que supuestamente protegen o la pérdida de vidas humanas inocentes.  Es importante cerciorarse que los elementos de seguridad de la empresa con la que se trabaje cuenten con constancia de no antecedentes penales y hayan aprobado pruebas de confianza, de aptitud y psicológicas realizadas por profesionales certificados.  No es sólo comprobar que existe una licencia de portación de armas (que en algunos casos puede estar caducada o ser irregular), debe haber un análisis de detección de necesidades de seguridad donde se justifique la portación de armas, el tipo de arma, los lugares y situaciones específicas en que deben utilizarse.  El personal que labora en las empresas de vigilancia y seguridad privada tiene una gran responsabilidad que el Estado les ha otorgado, como parte del apoyo a la seguridad de las personas y sus bienes, con lo cual les ha autorizado el uso de las armas de fuego y medios tecnológicos, con el fin de emplearlos en defensa de su integridad, o la de terceros, como último recurso. La continuidad del negocio y vidas humanas, dependen de ello La función del personal operativo de las empresas de vigilancia y seguridad privada es netamente preventiva y su finalidad es minimizar el riesgo, que ante la creciente inseguridad que hoy se vive a nivel nacional, donde el despojo de bienes, el intento de homicidio y la intolerancia de las personas, hace que el personal de seguridad, en muchas ocasiones, utilice la fuerza para proteger los bienes o las personas que los han contratado para tal fin, por eso la importancia de que el personal operativo, llámese guardias o escoltas, que son los que mayoritariamente hacen uso de las armas de fuego, tengan una excelente capacitación, supervisión y control estricto y permanente por parte de las compañías de seguridad en las que laboran. Texto por Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial®

 

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