Por “el gusto de ayudar y contribuir” uno de cada 10 menores de edad forman parte del trabajo infantil y adolescentes creado en la industria agrícola, el comercio en pequeño o la informalidad en México, reveló la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami).

“En México había 28.4 millones de infancias y adolescencias de 5 a 17 años en 2022, de las cuales el 13.1% estaban, por lo menos, en una condición de trabajo infantil”, señaló la dirección técnica del organismo en su Informe Mensual sobre el Comportamiento de la Economía.

Detalló que 3 millones 731,867 niños y adolescentes eran parte del trabajo infantil en México al cierre de 2022, mientras que en 2019 el número era de 3 millones 256 mil 305.

El trabajo infantil se define como “todo trabajo, de mercado o no, que priva a niñas y niños de sus derechos, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico”. 

La Conasami indicó que hay un aumento del trabajo infantil  “por gusto o solo por ayudar” cuando se pregunta por los motivos de la inserción al mercado laboral.

“Todo lo dicho, puede que el aumento que se ha presentado de una encuesta a otra en el trabajo infantil se deba a que estas infancias y adolescencias viven en hogares que tienen negocios propios, trabajan por su cuenta o están en la informalidad, lo que les permite apoyar o ayudar a sus familiares directos”, manifestó.

Lee: Aumenta trabajo infantil en México; hay 2 millones de niños en labores peligrosas

También observó un aumento y una mayor concentración en el sector agropecuario y en las personas trabajadoras de apoyo en actividades agrícolas, ganaderas, forestales, caza y pesca.

“Podemos inferir que en los hogares que se dedican a este sector les es más sencillo emplear a sus infancias y adolescencias en sus mismas actividades que contratar a alguien más, aunque no sea lo correcto”, apunta.

Agregó que los resultados indican que, en 2022, las adolescencias de 15 a 17 años tenían 15.9% más de probabilidad de estar en una situación de trabajo infantil respecto a las infancias de 5 a 9 años. 

De la misma forma, que las infancias y adolescencias asistan a la escuela reduce 26.4% su probabilidad de encontrarse en una situación de trabajo infantil respecto a las que no asisten. 

Cuando la infancia o adolescencia se encuentra viviendo en una localidad urbana, su probabilidad de estar en una situación de trabajo infantil se reduce 7%.

“Cuando se analiza a nivel hogar tenemos que si la persona jefa del hogar está ocupada, eso reduce la probabilidad de estar en una situación de trabajo infantil en 3.6”, expuso.

Si esta jefatura la lleva una mujer, la probabilidad de estar en una situación de trabajo infantil aumenta 0.8%. 

Por otra parte, si la persona jefa del hogar tiene primaria incompleta (donde se incluyen a las personas que no tienen instrucción alguna) la probabilidad es 7.3% más que en el caso de tener universidad o más.

“Tenemos que si el hogar presentó un problema que impactará en sus ingresos en los últimos 3 años, las probabilidades de la inserción de una infancia o adolescencia en el mercado laboral son altas”, apuntó. 

“Tal es el caso del problema de diminución de precios en los productos agrícolas (26.4% de probabilidad), pérdida de cultivos por plagas (21.1%) e inundaciones o exceso de lluvia (15.8%), lo que reafirma que el trabajo infantil esté concentrado en el sector agropecuario y en las actividades de este sector, siendo muy probable que las infancias y adolescencias en estas actividades apoyen sin remuneración a sus familiares que trabajan por cuenta propia. Es prioritario revisar la situación del campo mexicano, para reducir o, en su caso, vigilar este tipo de prácticas”, señaló.

 

Siguientes artículos

Portada_Nearshoring_3
México está aprovechando menos del 10% del nearshoring, alertan especialistas
Por

La economía mexicana podría crecer hasta un 2.2% este 2024 en caso de que se aprovechen todas las oprtunidades de invers...