El pago de impuestos es una obligación que las personas que realizan actividades económicas deben cumplir. Para la determinación del impuesto se deben seguir reglas que en muchos casos resultan complejas y requieren de un análisis tanto de las múltiples disposiciones aplicables, como de información específica; lo cual hace que la preparación de la o las declaraciones de impuestos se conviertan en un verdadero dolor de cabeza para la gran mayoría de personas.  

Una vez determinados los impuestos, estos se enteran o pagan al fisco de forma directa o a través de mecánicas de retención en donde la persona a la que se le hace la retención se le conoce comúnmente como contribuyente cautivo, o bien, de traslado y acreditamiento en el caso de impuestos indirectos, como el IVA. 

En todos los casos se requiere de la presentación de declaraciones que contengan la información necesaria para comprobar el adecuado cumplimiento de las obligaciones de los contribuyentes. 

La información contenida en estas declaraciones, junto con la información que aporta la contabilidad electrónica y los Comprobantes Fiscales Digitales (CFDIs), son materia prima para ayudar en la elaboración de declaraciones de impuestos a través de herramientas tecnológicas como la Inteligencia Artificial.

Uno de los grandes retos que tienen los Estados es encontrar un sistema de recaudación eficiente que facilite el cumplimiento de las obligaciones fiscales para los contribuyentes y consolide su moral fiscal, concepto que se define como la disposición no monetaria a pagar impuestos y que se basa en los principios de grado de reciprocidad (lo que se recibe a cambio de lo que se aporta), progresividad (pagan más los que ganan más) y adecuada conducta social (todas las personas que se encuentren en la situación de hecho deben pagar sus impuestos).

Cuando la legislación que establece la obligación del pago de impuestos es compleja y, además, los mecanismos para aportar información y enterar el impuesto no son amigables, se propicia el incumplimiento, se debilita la moral fiscal y disminuye la recaudación, generando grandes retos a resolver no solamente para las personas que deben presentar declaraciones de impuestos, sino también para las autoridades que deben verificar el adecuado cumplimiento de las disposiciones fiscales; sobre todo en un país como el nuestro en donde la recaudación equivale solo al 16% del PIB cuando el promedio de los países de la OCDE recaudan una cifra equivalente al doble y se estima que más de la mitad de la población se desarrolla en la economía informal.

En México desde hace algunos años se han ido incorporando elementos tecnológicos que contienen información que puede ser y ya ha sido utilizada a través de algoritmos para llevar a cabo el prellenado de declaraciones con cierta información. 

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Si bien resulta debatible que el uso de estos algoritmos pueda ser considerado propiamente como inteligencia artificial, ya que estos algoritmos están programados con procesos estandarizados que por el momento no admiten una interacción con otras fuentes y tampoco llevan a cabo el análisis de datos para evaluar alternativas, es un hecho que facilitan las tareas relacionadas con la elaboración de las declaraciones de impuestos y constituyen un primer paso para la aplicación de desarrollos más avanzados que verdaderamente utilicen la inteligencia artificial para lograr analizar datos y desarrollar alternativas en el tratamiento de algunas disposiciones fiscales, así como elaborar proyecciones que sean útiles para la toma de decisiones. 

La combinación de algoritmos y robots ha permitido recabar información de elementos como los CFDIs, contabilidad electrónica y declaraciones de impuestos, y mediante la inteligencia artificial, se ha podido llevar a cabo el prellenado parcial de declaraciones. 

Cabe señalar que la información contenido en el prellenado parcial de declaraciones en México, puede ser imprecisa y requiere de una revisión por parte del contribuyente para asegurar que la información definitiva que se incluya en la declaración que corresponda es correcta. 

En otros países el uso de la inteligencia artificial ha alcanzado un nivel de sofisticación que permite verificar en tiempo real la precisión de los datos incluidos para detectar en su caso, inconsistencias que deben corregirse antes de emitir la declaración definitiva; y también a través de la inteligencia artificial generativa han logrado personalizar respuestas a preguntas específicas para conocer el tratamiento de exenciones y conceptos deducibles como, por ejemplo, conocer el monto de deducción por pago de intereses de créditos hipotecarios por la adquisición de casa habitación. 

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Es indudable que el uso de la inteligencia artificial en el prellenado de declaraciones continuará evolucionando ampliando las redes neuronales para el acopio de información y llevando a cabo un análisis de datos para proponer alternativas cuando la propia ley o la regulación en general así lo permita. 

Un ejemplo de lo anterior podrían ser los cálculos que se pueden obtener a partir de la información contenida en los estados de cuenta de las inversiones de los contribuyentes, los cuales pueden ser extraídos con inteligencia artificial y asignarles el tratamiento adecuado para su posterior incorporación en el formato de declaración correspondiente. 

En virtud de que la inteligencia artificial incorpora sistemas que son capaces de aprender, razonar, resolver problemas y tomar decisiones de manera autónoma; representa una herramienta muy útil para dar cumplimiento a las obligaciones fiscales de los contribuyentes, eliminando o atenuando con ello el dolor de cabeza que representa elaborar declaraciones de impuestos. Sin embargo, esta herramienta debe ser utilizada con buen juicio, requiere de una revisión de la información generada y en los casos más complejos, de la asesoría de un especialista.

En las declaraciones prellenadas de contribuyentes cautivos resulta muy importante verificar la precisión de la información incorporada, ya que en el pasado se han presentado errores que ocasionan problemas en el proceso de devolución de saldos a favor de impuestos.

El uso de la inteligencia artificial también beneficia a las autoridades, pues permite el análisis de grandes volúmenes de datos para identificar comportamientos que pudieran resultar sospechosos; y de la misma manera, permite automatizar tareas rutinarias como la verificación de la información utilizada en el llenado de las declaraciones. 

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El uso de este tipo de herramientas ha permitido incrementar la eficiencia en la recaudación de impuestos. Actualmente en México la autoridad recauda 147 pesos por cada peso invertido en la gestión.

*C.P. y P.C.FI. Mauricio Hurtado de Mendoza Valdez, socio del Colegio de Contadores Públicos de México.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

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