A Silvia Fendi, directora artística de accesorios y ropa masculina de la firma propiedad de LVMH, se le ocurrió la idea de mostrar la colección menswear Primavera/Verano 2024, en la recién inaugurada fábrica de la casa romana, la primera en su tipo en lograr la certificación LEED Platinum.
Serge Brunschwig, ceo de Fendi, apoyó plenamente su decisión porque, además de estar alineada al plan global de la firma, resultó ser la oportunidad perfecta para virar los reflectores hacia las personas que, con sus manos, dan vida a creaciones soñadas.
Fendi Factory está ubicada en el corazón de la campiña toscana, en Capannuccia (Bagno a Ripoli) y Serge la describe como un verdadero polo de excelencia que abarca todas las actividades, incluida la creación, el desarrollo, la innovación, la formación, la logística y la producción. “Es nuestro mejor ejemplo de inversión en sostenibilidad. Se construyó en un antiguo emplazamiento industrial abandonado, con los más altos estándares medioambientales”, precisa, con orgullo, a Forbes Life.

Esta iniciativa, relata, surgió con el objetivo de fortificar internamente la producción, trabajar en procesos innovadores en el desarrollo de colecciones, a la par de crear una escuela de formación interna estructurada. El sitio ya emplea a más de 350 personas, cifra que puede duplicarse en tres años con una inducción de cientos de empresas artesanales en la región.
“Es un lugar especial para nuestros artesanos y para la comunidad local, porque ahí nutren sus preciosas habilidades. [También] porque representa a Fendi y su evolución en busca de continuar preservando su patrimonio y tradiciones; el Made in Italy”.
En la escena internacional de la moda, Serge está convencido de que Italia es sinónimo de tradición, historia, belleza y, sobre todo, excelencia. Por eso, la casa se esmera en invertir en el emblema Made in Italy y sublimar el poder del mestiere.
UNA LABOR PERDURABLE
Esta firma de lujo encuentra en la excelencia y el saber hacer una respuesta para la conservación y mejora del mundo. Porque, si hay un desafío que debe enfrentar la industria de la moda, ése es lograr reducir su impacto negativo en el planeta. El uso de materiales reciclados y la disposición de darle un nuevo brío a productos entrañables son acciones que pueden implementarse sin mayor dificultad y generar resultados importantes en este cometido. Serge Brunschwig lo sabe de primera mano.
“Los productos Fendi están diseñados para ser duraderos. No obstante, promovemos iniciativas para que perduren todavía más. Con el programa Peekaboo Spa, los clientes están invitados a sesiones de cuidado en la tienda, dedicadas a restaurar la belleza original de nuestro icónico bolso con la ayuda de expertos artesanos”.

En el mismo orden de importancia, cita a Fendi Fur Atelier, a través del cual se pueden remodelar y rediseñar bajo pedido piezas maestras de piel firmadas por la casa, para darles un nuevo aliento y ennoblecer un material altamente sostenible que celebra la excelencia artesanal.
“En Fendi creemos que mantener y transmitir este nivel de tradición es fundamental para las generaciones venideras”, asegura quien asumió la dirección general de la firma en 2015. Para él, es claro que las personas no sólo compran un producto, sino todo un conjunto de valores avalados por el sello romano. Por eso reitera aquéllos que persigue Fendi: la transparencia, el compromiso con la sostenibilidad medioambiental y la responsabilidad social, además de la magnificencia de la labor artesanal.

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MÉXICO Y BRASIL EN LA MIRA
América Latina es un mercado en constante crecimiento bajo la óptica de Fendi. La firma tiene presencia en México a través de dos boutiques establecidas en la capital del país, además de una en Guadalajara y otra en Monterrey. Brasil es el segundo mercado en la región, con una boutique en São Paulo.
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