En este contexto laboral que adopta exponencialmente la novedosa capacidad predictiva y analítica que la tecnología ofrece masivamente, se comienza a vislumbrar entre los profesionales un panorama dividido entre oportunidad y temor, por el futuro del empleo, y cómo participar del mismo.

Hace unos días, Apple presentó la nueva campaña publicitaria para iPad Pro, que terminó encendiendo la conversación global, ante la imagen de una aplanadora que “compacta” (o destruye) varios ítems representativos de la creatividad humana.

Y aunque la intensión seguramente era otra, este mensaje llega al consumidor en un momento donde para muchos, esta amenaza es tangible ante el crecimiento y mejoramiento exponencial de la Inteligencia Artificial Generativa.

Es evidente el intenso debate sobre el futuro del trabajo de estos momentos. Por un lado, existe el temor legítimo de que muchas personas perderán sus empleos a medida que las máquinas y los algoritmos asuman tareas rutinarias y predecibles.

Estudios recientes indican que el 50% de las habilidades laborales cambiarán para 2030, aceleradas por la adopción de la IA. En particular, un estudio de la Universidad de Oxford sugiere que los trabajadores remotos serán los primeros que perderán sus empleos en este escenario.

Por otro lado, la promesa de la IA radica en su capacidad para transformar a los profesionales en individuos con habilidades exponenciales, al poder asumir tareas repetitivas, además de aumentar la creatividad y la productividad.

Según el informe de Microsoft y LinkedIn, el 75% de los trabajadores profesionales ya utilizan la IA en su trabajo, y el 85% afirma que la IA les ayuda a enfocarse en sus tareas más importantes.

Para que los profesionales puedan navegar este nuevo panorama, la educación y la formación continua son esenciales: El mismo estudio de Microsoft y LinkedIn también confirma que sólo el 25% de las empresas planean ofrecer capacitación en IA generativa este año, lo que deja a muchos trabajadores sin las habilidades necesarias para adaptarse.

La brecha de habilidades es evidente: dentro de un estudio desarrollado por Harvard Business Review, el 66% de los líderes empresariales no contratarían a alguien sin habilidades en IA, y el 71% preferiría contratar a un candidato menos experimentado pero con habilidades en IA sobre uno más experimentado sin ellas. 

Esta es la nueva realidad: La inteligencia artificial cambiará sin duda la forma en que trabajamos, abriendo puertas a nuevas oportunidades y desafíos. La clave estará en adaptarse, aprender y colaborar para navegar con éxito este nuevo entorno, donde el 40% de los trabajos del mundo serán impactados por los Large Language Models para 2027, de acuerdo con Accenture.

Por supuesto, cada persona lo vive -y acepta- de manera distinta, de eso mismo se trata nuestra condición humana. En mi caso se trata de una relación intensa… basada en estudiar las profundas transformaciones que tendrá en el contexto de los negocios con personas de todas partes del mundo y perfiles tan numéricos como humanísticos.

Pero también con presenciar y trabajar en los diferentes caminos, usos, y soluciones que están movilizando los recursos y estrategia competitiva de las principales compañía de consumo masivo hacia una aplicación donde la inteligencia artificial será protagonista.

Desde ambas perspectivas, comparto algunos consejos que considero prácticos (para navegar en tiempos de cambio)

Mejoramiento de tareas diarias: Analizar actividades diarias y determinar cuáles pueden mejorarse con IA. Herramientas que resuman juntas y manejen correos, liberando tiempo para tareas más estratégicas. De acuerdo con el informe de usos de IA de Microsoft, los usuarios más intensivos de Teams resumieron el equivalente a un día completo de juntas durante el pasado marzo utilizando Copilot.

Mantenerse actualizado: Participar en cursos y talleres sobre IA es fundamental. Plataformas como LinkedIn Learning han visto un aumento del 160% en el uso de cursos diseñados para desarrollar aptitudes en IA, de acuerdo con el mismo informe. Créanme, las clases en Oxford comienzan siempre con la misma pregunta ‘que hay de nuevo hoy en el mundo de la Inteligencia Artificial’.

Experimentar frecuentemente: Los usuarios de IA más avanzados son aquellos que experimentan constantemente con nuevas formas de usar la tecnología. De acuerdo con Microsoft, los llamados “power users” son un 68% más propensos a experimentar frecuentemente con diferentes maneras de utilizar la IA.

Proteger datos: Asegurarse de utilizar la Inteligencia Artificial cumpliendo con los estándares de seguridad y privacidad de datos para proteger la información sensible. De acuerdo con LinkedIn, un 78% de los usuarios de IA están trayendo sus propias herramientas de IA al trabajo, poniendo en riesgo información privilegiada.

Prepararse para nuevas oportunidades: Ser proactivo en la búsqueda de nuevas oportunidades que surjan con la IA es fundamental. Los líderes empresariales informan un aumento del 323% en la contratación de talentos técnicos en IA en los últimos ocho años. De hecho, el 12% de los reclutadores ya están creando nuevos roles específicamente relacionados con el uso de IA generativa.

Cierro con Felipe Thomaz, hoy día mi profesor de inteligencia artificial en Oxford, quien hablaba en clase sobre el AI Washing. Similar al green washing, se refiere a compañías que sobrevenden su conocimiento y presencia en IA para mantenerse relevantes y competitivas en el mercado. Es crucial también ser críticos y conscientes, evaluando la verdadera implementación y eficacia de la IA, en lugar de dejarse llevar por el ruido.

Hora del cambio. Ya no hay vuelta atrás.

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* El autor es consultor global de negocios; enfocado en consumo masivo, estrategia competitiva, innovación, y prospectiva.

 Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

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