Pensé mucho en escribir este artículo en un contexto adecuado y creo que este lo es.

¡No diga bobadas, Don Edgar! Mi portafolio de inversión debería de estarse reestructurando al menos una vez al mes. ¿Acaso no ve las noticias?

Durante los meses de incertidumbre financiera que nos trajo la pandemia, Doña Gabriela, una contadora de carrera y profesora de vocación me argumentaba que no concebía que las inversiones pudiesen ser indiferentes a las malas noticias. No estaba tan errada, pero sólo estaba viendo un cuadro, no la película completa.

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Recientemente los resultados electorales en México han traído un tsunami de noticias, supuestos y conjeturas. Algunas voces colapsan ante el peso del fatalismo y otras tantas resuenan con triunfalismo. Ante ambos casos, existe una máxima para atravesar estos caminos de incertidumbre: las decisiones de gestión patrimonial que se toman apresuradamente en momentos de incertezas suelen tener resultados desastrosos. 

La prudencia es un fiel servidor del dinero, incluso no tomar decisiones pueden ser buenas decisiones. En Estados Unidos existen estudios realizados sobre cuentas de personas vivas versus personas muertas. Es decir, cuentas de inversión donde los titulares murieron y que como resultado de la inactividad tuvieron mejores resultados que los contratos de personas vivas que realizaban una gestión activa de sus inversiones, moviéndose de activos y cambiando proporciones con el oleaje de las noticias económicas y políticas. 

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Hace tiempo leí un texto de Warren Buffett, donde el Oráculo de Omaha respondía a la pregunta de un reportero sobre la política monetaria de la Fed: “No movería un ápice de mis inversiones por el hecho de que el presidente de la Reserva Federal me susurrara lo que podría hacer con las tasas de interés”. Cuando tenemos claro el objetivo para el que estamos invirtiendo, las noticias (entre ellas las políticas) ocupan un papel marginal, casi anecdótico.

Construir un portafolio de inversión patrimonial es el resultado concienzudo de tomar decisiones en el presente que nos aporten tranquilidad en el futuro. La volatilidad, entendida como el cambio en el precio de los activos de inversión en un periodo de tiempo determinado, es intrínseca en los mercados financieros: a menor horizonte temporal, mayor volatilidad. Los mercados financieros y la volatilidad van tomados de la mano, el paso del tiempo tiene la virtud de diluir las fricciones entre ambos.

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Para quien invierte con un objetivo de largo plazo (al menos 3 años) es menester entender que las buenas y también las malas noticias estarán presentes a lo largo de la vida de su inversión, y como resultado, la volatilidad es inherente a los activos financieros. Para invertir con éxito no es necesario conocer el futuro, pero es indispensable alinear nuestro objetivo con los activos de inversión existentes. 

Un inversionista que tiene programados pagos futuros en dólares debería tener su inversión en un instrumento indexado al tipo de cambio, es decir, utilizar a los dólares como una cobertura, por otro lado, una persona que busque un crecimiento sin sobresaltos de su patrimonio debería estar en bonos gubernamentales que son líquidos y seguros, mientras que un inversor con un horizonte muy largo debería tener un portafolio diversificado en bonos, divisas y principalmente en acciones.

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Tomar decisiones patrimoniales no es sencillo en entornos de volatilidad. Las emociones suelen ser un mal consejero al tomar desiciones financieras. Mi recomendación es acercarse a los especialistas, escuchar diferentes voces y ampliar nuestra caja de resonancia, minimizar el sesgo de confirmación que nos orilla a buscar información que nos autoconvenza de ideas que tenemos preconcebidas, reflexionar que el tiempo tiene la virtud de acomodar las cosas y pensar que todo buen inversionista es un individuo prudente. 

En la mitología griega, Epifrón era el espíritu que personificaba a la prudencia y quien tenía una característica que lo destacaba sobre los demás: Era un espíritu reflexivo. Sin duda, Epifrón habría sido un buen inversionista.

Como siempre, les deseo felices inversiones. 

Edgar Arenas Sánchez es economista, gerente comercial en una casa de bolsa en México, profesor de economía bursátil en la UNAM, blogger de Rankia México y autor del libro “Invirtiendo y entendiendo”, reconocido por la Universidad Anáhuac, universidad de Cantabria y Santander Financial Institute como mejor asesor de inversiones en 2020 y 2021.

Twitter: @garoarenas

LinkedIn: Edgar Arenas

Email: [email protected]

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