Tercer y último debate. Las cartas ya están sobre la mesa y las estrategias de campaña tendrán que probarse en las urnas. Xóchilt Gálvez y Claudia Sheinbaum mantuvieron sus libretos, ataque y defensa distante. Jorge Álvarez Máynez optó por profundizar las diferencias con los partidos que respaldan a la abanderada de Fuerza y Corazón por México, alejando cualquier posibilidad de declinación.

Gálvez, lo que tenía que hacer

Xóchitl Gálvez echó su resto en el debate de este domingo. Era lo que tenía que hacer en la recta final de las campañas. De cierta forma tuvo un domingo redondo, porque la concentración de la “marea rosa” en el Zócalo de la Ciudad de México fue exitosa en términos de convocatoria.

De nueva cuenta, en el Centro Cultural Tlatelolco, optó por el ataque haciendo énfasis, sobre todo, en los temas de seguridad, donde la 4T tiene más fisuras y las muertes violentas representan el mayor registro desde que hay mediciones.

Gálvez aprovechó las posibilidades que da la televisión con mensajes precisos y acusaciones delicadas.

Es raro que los debates muevan la ajuga, pero en todo caso, Gálvez mantiene las expectativas al final del trayecto y con un sostenido apoyo de las organizaciones que salieron a marchar, desde el 2022, para defender al INE y al TEPJF.

Sheinbaum, la carga y responsabilidad de un legado

Claudia Sheinbaum administró la ventaja en la que la colocan las encuestas. No se enredó, pero tampoco defendió a los compañeros de su partido que fueron señalados por Gálvez.

Se ajustó al liberto que sostiene y alienta una profunda división en la sociedad. Ellos, los de la 4T, portadores de las credenciales democráticas contra el pasado reprobable de los conservadores.

Para Sheinbaum, la única elección legítima es la de 2018 y por ello anuncia una reforma profunda al sistema de partidos, desapareciendo las diputaciones y senadurías plurinominales. Quiere una mayoría sin obstáculos. 

La candidata de Morena trazó las líneas esenciales de lo que será su gobierno si la ciudadanía la respalda el 2 de junio, donde el diálogo con la oposición tampoco estará en las prioridades. El presidente López Obrador terminará su mandato sin haberse reunido, en una solo ocasión, con las presidencias de fuerzas políticas distintas a las que lo acompañaron desde la elección del 2018.

Álvarez Máynez, su debate con Fox

Jorge Álvarez Máynez le habla a un electorado joven y le cuenta que hay una tercera opción. Un relato razonable que se cae en pedazos por dos motivos: sus guiños a Morena tratado de sabotear a Gálvez, y por su obsesión con el expresidente Vicente Fox, que terminó su mandato hace 18 años y llegó a Los Pinos hace 24 años. 

La lista nominal de electores muestra que 15 millones 300 mil 516 ciudadanos eran niños o no habían nacido cuando estaba en el poder un señor al que el candidato de Movimiento Ciudadano caracteriza como el peor de los males.

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