“Los conflictos existen siempre, no trates de evitarlos sino de entenderlos”. Lin Yutang

Una de mis anécdotas favoritas de una empresa familiar es de Ford. Henry Ford y su esposa, Clara Bryant, sólo tuvieron un hijo: Edsel. Cuando fue momento de tomar la dirección, algunas de sus decisiones no siempre eran aprobadas por su padre, como el cambio de diseño en las carrocerías y de autos por otros más modernos y deportivos. Sin embargo, el cambio en el mercado le dio la razón y pronto se produjeron los primeros ejemplares del Ford A, que se convirtió en un éxito de ventas.

Lo que me gusta de esta historia es que no se necesitaron abogados, separarse ni crear una empresa diferente para resolver los desacuerdos. La forma en que se gestionan los conflictos del negocio familiar puede convertirse en un proceso muy engorroso rápidamente si no se atiende a tiempo, o con las herramientas adecuadas.

Hacerlo con la intervención de instancias legales podría convertirse en un largo trámite que desgastará los ánimos de los involucrados, además de los recursos económicos y tiempo. ¿Esto quiere decir que se deben evitar a como dé lugar? No necesariamente, sino que más bien conviene atender los desacuerdos de manera oportuna y analizar las acciones a tomar, según sea el caso.

Los conflictos familiares no son solo algo totalmente normal, sino que son hasta necesarias. Por ello es tan importante saber cómo se debe actuar ante una discusión entre familiares con relación a la empresa o el manejo del patrimonio, para que todos los miembros puedan expresarse y llegar así a un acuerdo que favorezca a todos por igual.

Pero antes de hablar de métodos más amigables, hay que recordar la importancia del Protocolo Familiar.

Qué es el Protocolo Familiar y para qué sirve

El Protocolo Familiar es un conjunto de reglas, normas y procedimientos que se establecen dentro de una empresa familiar para regular las relaciones y la toma de decisiones entre los miembros de la familia propietaria y los gestores.

Algunos aspectos típicos que abarca el protocolo familiar incluyen:

  • Gobierno corporativo: Define cómo se estructura y se toman las decisiones en la empresa, como la participación en el consejo de administración, la sucesión de la dirección y los mecanismos para resolver conflictos.
  • Incorporación de miembros familiares: Establece los criterios y el proceso para contratar miembros de la familia.
  • Sucesión: Define el proceso de sucesión en la dirección y la propiedad de la empresa, incluyendo la preparación de la siguiente generación de líderes.
  • Resolución de conflictos: Establece mecanismos formales para resolver disputas entre los miembros de la familia, con el objetivo de evitar que afecten el funcionamiento del negocio.

Hay que tener en mente que los conflictos están presentes en cualquier empresa, aunque se vuelven más delicados en la familia, gracias a los lazos emocionales y la convivencia fuera de la organización, que evita que se calmen los ánimos. Así que requieren de sus propias estrategias, como las que explica a continuación.

“La clave está siempre en actuar de manera oportuna porque se ponen en juego dos cosas: la supervivencia de la empresa y los lazos familiares.”

Tipos de resolución de conflictos

  • Negociación: Las partes se reúnen para discutir el problema directamente, sin necesidad de intermediarios externos. Es como una charla entre amigos, donde todos intentan encontrar una solución juntos.
  • Mediación: Aquí es donde entra en juego un tercero imparcial, o mediador, quien actúa como un guía neutral para ayudar a las partes a encontrar una solución por sí mismas. Debe facilitar la conversación y fomentar la colaboración entre todos.
  • Arbitraje: En este caso, las partes en disputa optan por confiar en un tercero neutral, llamado árbitro, para que tome una decisión sobre el conflicto. A diferencia de la mediación, el árbitro tiene la autoridad para dictar una resolución, similar a un juez, pero sin la condición de órgano judicial.

Las disputas familiares no son solo algo totalmente normal, sino que son hasta necesarias. Por ello es tan importante saber cómo se debe actuar ante una discusión familiar, de empresas, órganos de gobierno o propiedad para que todos los miembros puedan expresarse y llegar así a un acuerdo que favorezca a todos por igual.

La clave está siempre en actuar de manera oportuna, sin esperar a que los desacuerdos escalen a proporciones desmesuradas, porque se ponen en juego dos cosas: la supervivencia de la empresa y los lazos familiares. Y ninguno debería ser más importante que el otro, de ahí la importancia de un Protocolo Familiar vigente, bien estructurado y sobre todo muy bien ejecutado y vinculado con las herramientas legales para llevarlo a cabo.

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