EFE.- La ONG Amigos de la Tierra Países Bajos (Milieudefensie) acusó este lunes a la petrolera británica Shell de incumplir el fallo climático emitido hace dos años por la Justicia neerlandesa que exige a la compañía reducir sus emisiones de CO2 en un 45% para 2023 en comparación con 2019.
Milieudefensie denunció en un comunicado que Shell “no espera ninguna reducción en las emisiones de CO2 para casi el total, el 95%, de sus emisiones”, en 2030 y lamentó que, en la primera edición de su monitor anual, “obtiene calificaciones muy bajas en el cumplimiento del veredicto” que le ordena “dejar de causar un cambio climático peligroso” y reducir sus emisiones de CO2.
En la nota, Nine de Pater, activista climática, señaló que Shell “continúa amenazando vidas humanas conscientemente y no tiene intención de hacer nada al respecto, esto es -dijo- una afrenta a la Corte y es una bofetada a las personas que ya están luchando a diario con las consecuencias de la crisis climática”, por lo que, alertó, Shell “debe cambiar de rumbo ahora”.
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Petrolera Shell incumple fallo climático
Para poder cumplir el veredicto, la petrolera británica “necesita reducir drásticamente su cartera de combustibles fósiles” pero, el año pasado, Shell decidió agregar Santo Tomé y Príncipe, Uruguay y Sudáfrica a los más de 70 países en los que ya opera.
Según Milieudefensie, Shell posee (parcialmente) más de 750 reservas de petróleo y gas sin explotar, lo que equivale a 4,300 millones de toneladas de CO2 adicionales, 30 veces más emisiones que Países Bajos para todo 2021.
Además, según la ONG, la petrolera invirtió solo el 14% de su presupuesto de 2021 en transición energética y destinó un 8% de sus inversiones a “fuentes verdaderamente sostenibles”, como la energía solar y la eólica. “El resto se gasta en vender, por ejemplo, anticongelantes y lubricantes, bocadillos y flores en sus gasolineras”, añadió De Pater.
A finales de 2021, los inversionistas del gigante petrolero Shell votaron a favor de los planes de reorganización empresarial, que supusieron el traslado de su oficina de La Haya a Londres, así como la simplificación de su estructura fiscal a una sola compañía británica, dejando de ser una empresa medio neerlandesa.
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