En el corazón de San Pedro Garza García, un oasis de auténtica gastronomía japonesa cautiva los sentidos. Es Sushi ODA, el último proyecto del renombrado Grupo Kampai, que se ha convertido con 32 años de experiencia en un destino imperdible para los amantes de la cocina japonesa. Al cruzar sus puertas, nos sumergimos en una experiencia que trasciende lo meramente culinario, convirtiéndose en un viaje sensorial a través de sabores, aromas, texturas y una atmósfera cuidadosamente orquestada.
El diseño minimalista, la iluminación meticulosamente estudiada y la espléndida selección musical crean un entorno perfecto para su cuidado menú.
La experiencia comenzó con un Ceviche de Hotate que desafió las expectativas. El callo japonés, ikura, chile habanero, ponzu, pepino persa, cebolla morada y cilantro criollo se fusionaron en una explosión de frescura y sabores audaces. Seguido por el Wagyu Tataki, donde el wagyu sellado se complementó exquisitamente con jengibre, cebollín y pimienta sansho, creando un equilibrio perfecto entre lo sutil y lo intenso.
El Tofu Agedashi, una delicadeza frita, se elevó a nuevas alturas gracias a los toques de momiji oroshi, cebollín y dashi. Mientras que el Sashimi Akami Pesto, con su aderezo de pesto de shiso, cautivó nuestros paladares con una armonía inesperada de sabores.
El Amadai, un pescado blanco acompañado de una salsa ume, aceite de wasabi, pepino, rábano, jengibre y hoja de shiso, demostró la maestría de los chefs en resaltar la frescura de los ingredientes. Y el Atún Oda Futomaki, una obra de arte en forma de rollo, con akami, chutoro y toro, fue una delicia visual y gustativa.
Pero la experiencia no termina ahí. Sushi ODA nos deleitó con una selección de nigiris que abarcaron desde el huachinango con hoja de shiso, limón amarillo y Sal Maldon, hasta el nodoguro con uni japonés y caviar, pasando por el akami con foie gras marinado con miso dulce y el kamatoro sellado con bincho y wasabi fresco.
Para complementar esta experiencia culinaria, una selección de vinos y sakes exclusivos, cuidadosamente emparejados con cada platillo, realzó aún más los sabores.
Al final, el helado de matcha hecho en casa, con furikake dulce, galleta de ajonjolí, mix de ajonjolí y frutos rojos secos, fue el toque perfecto para esta sinfonía gastronómica.
Sushi ODA no es sólo un restaurante, es un lienzo donde los chefs plasman su pasión por la autenticidad japonesa, creando experiencias memorables para aquellos que buscan sumergirse en la verdadera esencia de esta rica cultura culinaria. Una visita a este santuario gastronómico es un must para cualquier amante de la comida que aprecie la técnica, el detalle y la dedicación en cada bocado.
