The Miami Beach Edition ha reinventado el concepto de hedonismo: un resort para una nueva generación que busca una experiencia diferente más allá del lujo. El último capítulo del arte de vivir. En el libro De qué hablo cuando hablo de correr, Haruki Murakami explica algo que cualquier runner ya sabe: la vida, más que una novela, es una carrera. “La mayoría de lo que sé sobre escritura lo he ido aprendiendo corriendo por la calle cada mañana”, escribe. Arne Sorenson, CEO de los hoteles Marriott, dentro de los que se encuentra la gama de Edition Hotels, también ha aprendido mucho —tanto de la vida como de los negocios— corriendo. Es un veterano corredor de fondo que un día, mientras corría por Miami Beach, tuvo una revelación: ¿por qué no convertir el histórico Sevilla, en Collins Avenue, en uno de sus hoteles de alta gama? Tras una inversión de 57.7 millones de dólares (MDD) y una profunda renovación, para la que fue esencial la experiencia de su socio, el hotelier Ian Schrager, uno de los fundadores del mítico Studio 54, aquella epifanía se convirtió en el Miami Beach Edition. El nuevo hotel donde ver y —aún más importante en una ciudad como ésta— dejarse ver, como ya ocurrió en 1995 con el über-chic Delano, desarrollado por el propio Schrager. “Creo que aquel fue un evento seminal para Miami hace 20 años y hoy soy muy afortunado de poder abrir un nuevo hotel en este momento, que marcará otro punto de inflexión: nos encontramos ante un nuevo Miami”, declaró Sorenson durante su inauguración. No se equivocaba. Si en su día, en la década de los años 50, los resorts de Miami eran destino obligado para todos aquellos que buscaban un lujo distinto, con una personalidad muy diferente de otros destinos high class como El Caribe o la Costa Azul, este establecimiento ha reinventado la fórmula del hedonismo. Aquel viejo edificio del año 1955 se ha convertido en un espacio tan exquisito que podría haber llevado la firma de la legendaria Dorothy Draper si hubiese vivido hoy. En el caso del Miami Beach Edition, ha sido Yabu Pushelberg —en colaboración con ISC Design Studio— el encargado de transformar el lobby en una fantasía digna del jetsetter más exigente: las columnas recubiertas de mosaico originales del antiguo hotel Sevilla se integran a la perfección con una exuberante selva de plantas de interior que llegan hasta el techo del amplio vestíbulo blanco y dorado. “Creo que hemos logrado un estilo cosmopolita-tropical perfecto”, asegura Schrager. El mismo espíritu de un lujo discreto, pero muy refinado, preside también la decoración de las 294 habitaciones del hotel, incluidas las suites, los 28 bungalows privados y el exclusivo penthouse, con un precio de 10,000 dólares la noche (un par de tríplex similares, de 1,500 metros cuadrados ubicados en las últimas plantas del hotel destinadas a residencias privadas, se vendieron por una cifra récord: 34 MDD). En total, se trata de un complejo que abarca 3.5 hectáreas, y cuenta con una playa de arena blanca de 6,500 metros cuadrados, la más extensa de la ciudad. El ocio se contempla casi como una filosofía de vida. El área de entretenimiento ocupa una planta completa, con opciones que van desde una bolera de cuatro pistas a una pista de patinaje sobre hielo (sí, en pleno Miami Beach), además de un club, dos albercas con bares exteriores y cabañas individuales y un cine al aire libre. “Voto por lo diferente frente a la globalización de las marcas internacionales. El lujo ya no tiene que ver con ir a un sitio carísimo, sino a uno en el que  te hagan sentir especial. Vendemos algo más que camas, somos una experiencia”, asegura Shrager. The Miami Beach Edition cuenta también con un espectacular espacio para eventos privados de 770 metros cuadrados, con capacidad para 900 personas. Además, existe una terraza de 220 metros cuadrados para celebrar eventos y tres estudios para reuniones. image El sabor del Caribe El hedonismo siempre va de la mano de la gastronomía. En el caso de The Miami Beach Edition, el concepto culinario deluxe se declina en tres ambientes distintos: Tropicale —un asador en el bar de la piscina, con cocteles inspirados en la cultura Tiki—, The Market y, sobre todo, el Matador Room. Los tres han sido supervisados por el chef Jean-Georges Vongerichten, pero es en este último restaurante donde su cocina, galardonada con tres estrellas Michelin, se desgrana en todo su esplendor, gracias a sabia selección de ingredientes locales, sabores vibrantes y expresivas texturas. Un paseo por los sabores caribeños, españoles y sudamericanos, en medio de una decoración inspirada en el arte del toreo. Nuestra recomendación: probar primero en el bar Matador alguno de sus cócteles clásicos o bien decantarse por una de sus mezclas artesanales personalizadas y, después, degustar algún plato de temporada en la Matador Terrace, bajo la buganvilla, mientras el sol —y las especias— explotan en Miami Beach. image (2) El placer de cuidarse El spa es otro de los grandes atractivos de the Edition: se puede elegir entre alguna de las nueve salas de tratamiento privadas, incluyendo un hammam y un espacio detox, con ducha de vapor y sauna inflarroja, y un beauty lounge. Además de los masajes habituales, hay tratamientos específicos para las uñas, faciales —con infusión de oxígeno— y ojos. Lo mejor es el área de relajación, con camas de día envueltas en cortinas que recuerdan a las jaimas árabes. El hotel cuenta también con un centro fitness abierto las 24 horas con entrenamientos personalizados.  

 

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