La dirección del Puerto de Topolobampo exige a los turistas el uso de botas industriales, cascos y un cobro de 200 pesos para ingresar y subir al ferry, lo que ha ocasionado quejas de usuarios, concesionarios, agentes de carga y gerentes de tráfico marítimo.
“Las reglas descabelladas están afectando la logística de los ferries y el intenso movimiento de pasajeros que viajan entre Baja California y los puertos de Sinaloa”, advirtió un usuario del puerto que está bajo la dirección de Carlos Meraz Zavala, ingeniero naval de la Secretaría de Marina (Semar).
A partir de esta semana —sin hacerlo oficial a través de algún oficio— se le exige a los pasajeros el uso de casco y botas industriales para ingresar al recinto de la Administración del Sistema Portuario Nacional (Asipona) de Topolobampo, dicen los empresarios del municipio sinaloense a Forbes México.
En ningún otro lugar del mundo existe la obligación de portar casco y botas industriales, equipo de seguridad, que es caro y difícil de comprar y encontrar para los viajeros que a diario usan el servicio de ferri de Topolobampo, lamentan.
“Es desconcertante cómo una normativa tan extravagante puede considerarse necesaria para abordar los ferris con destino a La Paz y regresar a Topolobampo”, declaró uno de los operadores turísticos.
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Las autoridades del Puerto de Topolobampo, agregó, piden que los usuarios paguen 200 pesos a los guardias de seguridad para acceder a las instalaciones.
Sin embargo, el costo puede ascender hasta 500 pesos para aquellos pasajeros ocasionales, quienes no están registrados en el sistema Puerto Inteligente Seguro (PIS). Estas tarifas ya se convierten en un impuesto adicional al cobrado cuando adquieren los boletos de viaje para usar el ferri.
Entre enero y mayo de 2023, el Puerto de Topolobampo recibió 355 buques ferris, que llevan carga y viajeros desde Sinaloa a Baja California Sur y viceversa, según la Secretaría de Marina.
Cada embarcación transporta alrededor de 100 vehículos y 900 pasajeros todos los días.
Los ferris permiten viajar entre Baja California Sur y Sinaloa sin tomar el largo camino hacia Sonora y Baja California, lo cual permite ahorrar las horas-hombre de conducción y combustible.
Todos los ferris viajan desde la terminal de Pichilingue, en La Paz, en Baja California Sur y los puertos de Topolobampo y Mazatlán, en el estado de Sinaloa.
El cruce a Mazatlán es más largo y en general se navega durante la noche, con un par de excursiones que se ofrecen a la semana, mientras que el cruce de Topolobampo es la opción más frecuente y breve.
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“Desde el primer día de aplicación de estas medidas, los usuarios han experimentado retrasos significativos, los buques se ven obligados a permanecer fondeados durante horas más allá de lo programado y las empresas de ferris están sufriendo pérdidas económicas”, afirmó un afectado.
“Es alarmante pensar que decisiones sin sentido estén teniendo un impacto tan negativo en la eficiencia y el rendimiento de este puerto”, agregó. “Además de ser absurdas, estas medidas son propicias para la corrupción. Muchos usuarios, especialmente los turistas, desconocen la obligación de registrarse en el sistema Puerto Inteligente Seguro y llevar las botas y el casco requerido para ingresar al puerto y abordar el ferri”.
“Esta situación crea un ambiente propicio para prácticas irregulares, similar a lo que ocurre en los centros de verificación vehicular, donde la verificación ambiental se cobra ‘con brinco o sin brinco’, es decir pagando porque el automóvil salga aprobado”.
Usuarios del puerto, navieras y turistas demandaron que la Secretaría de Marina, liderada por el almirante Rafael Ojeda Durán, ponga atención a estas decisiones irracionales.
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