Las empresas en México tienen que salir adelante y resistir tanto a la globalización como a la competencia de países extranjeros, sobre todo del continente asiático. La presión es aún mayor para los negocios familiares y se puede comprobar estadísticamente. Revisemos los números: de cada 100 empresas familiares que se constituyen, solamente 30 sobreviven para la segunda generación. Al llegar la participación de los nietos, la esperanza de vida de los negocios disminuye aún más: apenas 10 empresas continúan funcionando. O, dicho de otro modo, el 90% de las empresas familiares no sobrevive al paso generacional. ¿Por qué sucede? Si la falta de profesionalización en el mundo empresarial es un dolor de cabeza para México, es más acentuado cuando el negocio es familiar. Dicha informalidad es un caldo de cultivo para los principales conflictos que amenazan la vida de una empresa:
  • Mala distribución de puestos de trabajo. Acontece al no evaluar a los miembros para comprobar qué tan capaz es para un puesto, especialmente directivo.
  • Gestión emocional del personal. Sucede cuando no se mantiene un nivel de exigencia profesional por temor a no saber resolver un conflicto entre parientes.
Ambos problemas a su vez complican un escenario de vital importancia para asegurar la vida transgeneracional de una empresa: el traspaso de poderes, ya que en el momento necesario no existirán sucesores capacitados o suficientemente comprometidos. Ahora que ya conocemos los riesgos, revisemos qué ideas prácticas nos pueden ayudar a contenerlos. El primer paso es el diseño de una organización profesional en donde exista una visión compartida; un punto clave es el diseño de un manual con la descripción de cada cargo y las atribuciones que tiene. A partir de éste, se puede revisar la trayectoria y preparación de cada miembro, lo que otorgará criterios objetivos para la distribución de labores. Para el caso de la gerencia, el perfil deberá configurarse de manera particularmente estricta. Lo siguiente es la creación de instancias que tengan un rol de mando, dos básicas son el Consejo de Familia y el Consejo de Administración, que puede incluir la participación de consejeros independientes. Un consejo fundamental contra las amenazas es clarificar en un protocolo cuáles serán las reglas del juego ante la irrupción de conflictos. Un método eficaz es la mediación de conflictos. Esta alternativa es una forma de solución mediante el cual, un profesional ayuda a las personas a que ellos mismos solucionen sus controversias entre sí, sin tener la necesidad de un abogado ni de acudir a tribunales. Se trata de un proceso rápido y confidencial en el que lo más importante es la participación, la cooperación de todas las partes y el respeto de la persona. Para llevar a cabo la mediación, al interior del Consejo de Familia se puede designar a uno de los integrantes como el responsable de dirigir el método, con la capacitación previa que requiera. Al mismo tiempo y manteniendo la conciencia de que tarde o temprano se presentarán problemas, entre los valores empresariales deberá fomentarse una cultura del diálogo y la negociación. Jamás hay que perder de vista que las empresas familiares son organizaciones con una gran carga emotiva. Si no aprendemos a distinguir los afectos de la necesidad de profesionalizar nuestro proyecto, estamos dejando al negocio en una zona vulnerable, en donde todos los riesgos serán más destructivos. Ahora que ya conoces los principales riesgos y cómo minimizarlos…¡Adelante, protege la vida de tu empresa!   Contacto: Twitter: @mariorizofiscal Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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